Depression {Justin Bieber} | Adaptada

Capítulo treinta y ocho {Maratón 1/?}

''Yo = La estúpida/inútil/fea/gorda/asocial/y a la que a nadie le importa del grupo.''

.(Punto de vista de _____)

Deseaba seguir saboreando el curioso sabor de sus labios, lo deseaba más que nada. Pero una parte de mí, me lo prohibía, por mi propio bien. Y tenía razón, yo no podía volver a tropezar con la misma piedra.

-Justin, yo no... -Murmuré incomoda.

-¿Mh...?

-Yo no quiero ésto. -Admití y bajé la mirada, a un punto equis.

-¿A qué te refieres con "ésto", ______? -Preguntó preocupado. Sus ojos brillaban, y yo tan solo quería seguir con aquello que deseaba, pero no podía, y era tan... complicado.

-No quiero que me sigan lastimando, en especial tú, Justin. -Respondí y una lágrima silenciosa cayó, bajando lentamente por mi mejilla. La limpié rápidamente, impidiendo que Justin lo hiciera.

-Perdóname, ______. Perdóname. -Susurró en mi oreja. -Te extraño.

-Tú me gustabas. -Silencié, su mirada se iluminó con desconfianza y me miró.

-¿Aún te gusto? -Preguntó esperanzado, lo miré a los ojos y la respuesta fue bien clara.

-Sí. -Respondí vergonzosamente y sonreí a medias.

-Qué, ¿hace cuánto?

-Desde los nueve, quizá.

-Nunca me dijiste nada. -Murmuró tristemente y suspiró, mirando desesperada-mente mis labios y luego mis azulados ojos.

-Sí, lo sé. Tú hablabas con otras chicas. Tú me explicabas de otras chicas. Tú besabas a otras chicas. Tú tonteabas con otras chicas, tenías la cabeza ida con otras chicas. Tú tenías en mente a otras. Las mirabas. Me enseñabas incluso cosas sobre ellas. Tú, tú eras para ellas.

-¡Pero porqué tú siempre me hablabas de un chico. Un chico que te tenía loca. Me decías que estabas enamorada de su sonrisa, que te hacía volar. Me decías que te encantaban sus bromas, incluso su olor, me lo describías. Me hablabas de sus ojos, perfectos, que cuando miraban, eran capaces de derretir algo. Me decías que era el príncipe perfecto, y que cuando estabas con él, se te olvidaba todo. Me decías que era perfecto!

-Justin, eres el idiota más idiota que he conocido alguna vez! -Exclamé y reímos irónicamente.

-¿¡Por qué?! ¿Sólo eso me vas a decir? -Soltó una carcajada.

-Sí. Nunca te diste cuenta de que ese chico eras tú. -Rodé los ojos.

Se quedó sorprendido y me agarró fuertemente de la cintura, pegándome a él. Me sonrojé, bajando la mirada al suelo. Justin me tomó del mentón y subió mi mirada, haciendo que la luz pegara en mi cara, iluminándola.

-¿Estarías dispuesta a correr el riesgo?