Depression {Justin Bieber} | Adaptada

All over again | Capítulo seis {Maraton 1/?}

Justin's Point Of View.

Golpeé nuevamente el manubrio de mi auto. Mirando hacia algún lugar vacío con el ceño fruncido. ¿Qué mierda le pasaba? Intenté ser amable con ella, por poco casi le confieso mis sentimientos, que cursilería. Un asco.

Encendí el motor del auto deportivo que traje hoy y partí hacia algún club nocturno donde pudiera tomar algo y tal vez follar a alguna chica cualquiera. Con buen busto y trasero.

Diablos, pero ninguna se comparaba a _______, con sus curvas deseables. No puedo creer que la desperdicié y la traté como una inútil todo este tiempo. Ésta noche se veía perfecta, realmente parecía una diosa. Ella era una diosa. Con sus cabellos dorados, ojos azules -o verdes, me confunden-, su cara angelical y su cuerpo -el cual deseaba besar sin parar-.

Me era imposible dejar de pensar en ella en este tiempo, sobre todo cuando empezó a socializar con Taylor, maldito, maldito, lo odio. Lo odio hasta llegar al punto de pensar en él y convertir mis manos en puños.

En fin, ahora me pregunto qué estará haciendo mi ángel, me duele pensar que quizá esté llorando y yo no pueda hacer nada más que emborracharme y follar con otras mientras que ella necesita de mi ayuda.

Vaya idiota que soy, demonios.

__________'s Point Of View.

Me aferré a la almohada, gritando cosas sin sentido y pataleando. Me sentía tan culpable de tratarlo así. ¡Él sólo quiso ser amable conmigo! Soy una idiota, sin dudarlo.

Suspiré cansada, y me levanté de la cama, buscando mis píldoras anti-depresivas que no tomaba hace mucho tiempo, específicamente desde la segunda semana en la que ya hablaba bastante con Taylor. Saqué unas tres pastillas y me dirigí al baño, buscando un vaso de plástico para llenarlo de agua y tomármelo junto a las píldoras.

Me tranquilicé un poco y después de lavar mi cara de zombie, me acosté en la cama a dormir. Necesitaba dormir, hoy no había sido uno de los mejores días.

-o-

Desperté alarmada, exhausta y con un leve dolor de cabeza. Mi respiración era agitada gracias al extraño sueño que tuve.

Me encontraba en un tipo de bosque extraño, con un vestido blanco algo sucio, apegado a mi cintura y con un escote enfocado. Mi pelo caía desordenadamente por mis hombros y se rizaba en las puntas. Estaba sin zapatos, caminando descalza en la tierra húmeda que se encontraba allí.

Llegué a una parte donde había una cuerda, parecía una línea donde sólo te cabía un pie. Me asusté al pensar que tenía que cruzar por allí y ni siquiera había algo para afirmarme. Sentí unos escalofríos y cerré los ojos, deseando despertar, pero no fue así y al abrirlos había una chica con el perfil parecido al de Marcella. ¿Qué será de ella? Extrañada caminé junto a ella, buscando como llamarla, pero las palabras no salían de mi garganta.

Empezó a caminar por la cuerda y caminé detrás de ella. No notaba mi presencia, sólo caminaba por allí como si su vida dependiera de aquello. Toqué su hombro y ella se balanceó, me miró enojada y antes de caer al lago que había abajo -a una gran altura de diferencia- tomó mi mano, haciéndome caer junto a ella.

Mi estómago se revolvió y el pánico me hizo empezar a sudar. Mi vida pasó frente a mí en un segundo y luego de eso todo se volvió negro.