Capítulo diez

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Mírate, eres perfecta.’’

Al llegar al colegio, Taylor estacionó su auto y nos bajamos sin apuro, aún quedaban 10 minutos para que entráramos exactamente a clase, pero en cambio el me acompañó hasta mi casillero, donde saqué mis libros y cuadernos; lo que necesitaba. Luego yo lo acompañé al suyo y el hizo lo mismo que yo… nos pasamos los 10 minutos conversando un poco, él intentaba de superar el tema, y creo que lo logró. El timbre sonó y entramos juntos a los salones. Teníamos orientación. 


Seguramente se preguntarán que nos pasan de materia en orientación; la clase pasada hablaron sobre las relaciones sexuales; tema que no me interesa en lo absoluto.. Lo bueno es que nos hablan cada clase, algo diferente. Algo de lo cual nos hacían reflexionar. 

La psicóloga del establecimiento entró como siempre… radiante. Nos saludó correctamente y nosotros las saludamos de forma correcta al igual que ella. Volvimos a sentarnos y ella empezó a pasar la lista de asistencia diaria. Empezaban por Nicolett y luego seguían los demás… y bueno, yo era la número cinco después de Justin, era algo así como Bieber – Blair. 

Pero en fin, al terminar de pasar la lista se paró en frente de nosotros y en especial, me miraba a cada momento. Empezó hablando de su vida adolescente y como no era nada que no nos hubiera hablado antes, empecé a garabatear en mí cuaderno, sin tomarle ni un poco de importancia a lo que hablaba ella.

De vez en cuando me dirigía sonrisas con Taylor, el muy sonriente me hacía reír a mí. Sorprendente. Reí cuando hizo una mueca extraña, y él sonrió triunfador, seguramente le gustaba hacerme reír cuando estaba triste. Justin se seguía notando enojado, y para eso trataba de darme celos con sus rubias huecas, pero a mí… ya no me afectaba tanto. Y eso, era fabuloso. Me sentía libre.

–Señorita Blair, veo qué no participa. –Giré la cabeza a su dirección, su mirada era molesta. Todos se giraron a verme, yo sólo agaché mi mirada incómoda. –¿Sería tan amable de venir a escribir lo siguiente en la pizarra? –Preguntó y yo asentí. Mierda, ni idea tenía de lo que hablaban, fijé mi mirada en la pizarra.

–Di-disculpe, pe-pero no sé de qu-e ha-bla. –Tartamudeé bajo, de manera que no me escuchó.

–¿Mhm? Ustedes, chicos y chicas. ¿Entendieron algo de lo que dijo? –Preguntó en un tono de burla pero a la vez serio, agaché mi mirada nuevamente, sintiéndome utilizada. Algunos reían y otros decían ‘’Nadie le entiende nada, es la típica rara.’’, hasta que Taylor habló.

–¿Usted que tiene contra ella? Solamente le está preguntando algo, y no creo que necesite ayuda de los demás para entender lo que dijo, yo de aquí, le entiendo perfectamente. –Se notaba su enojo, el notaba en mí la tristeza de sentirse utilizada. Le sonreí por su valentía.

–¿Acaso usted está tratando de faltarme el respeto? –Preguntó frunciendo el ceño, colocando sus brazos cada uno en su cintura. –A detención.

–No, espere. Le estoy preguntando algo con total respeto, no tiene justificación para mandarme a detención. –Habló nuevamente, causando enojo en mí.

–Es tú culpa por defenderla, idiota. –Gritó Justin, rodando sus ojos con burla. Y riendo al mismo tiempo. 

–Cosa que tú Justin, no te atreverías a hacer, marica. –Le devolvió a Justin, pero mucho peor. Taylor sí que sabía defenderse, chico inteligente y rudo; más puntos para él. 

–Bien, ahora sí tengo una justificación para mandarte a detención. Así que por favor, los dos pueden irse a detención. ¡¡Ahora!! –Gritó enojada, maldita vieja bipolar e idiota. Cuarta clase que nos hacía, y ya me caía mal. Tenía unas ganas de mandarla a la mierda, pero como no era común en mí, sólo agaché mi mirada y asentí. –Y a ti, ____, te quiero en mí sala especial, necesito hablar contigo. Y no solamente a perder mí tiempo. –Obviamente lo hará, porque no conversaré ni un poco con usted. Pensé.

Caminé afuera junto a Taylor, sintiéndome culpable. Ahora nos mandarían a detención por mi culpa, que idiota eres ____. 

Los ojos se me aguaron de rabia y tristeza, todos me pasaban a llevar; y si no fuera por Taylor, muchos más lo harían. Le agradecía por eso. Limpié las lágrimas, dejando que se me vieran un poco los cortes, Taylor me miró extrañado y con preocupación; Oh no.

–Te cortas a ti misma. –Susurró impactado por lo que hacía… claro, ahora se alejaría de mí. Mis ojos mostraban desesperación, quería desaparecer de aquí.

–L-lo sé, crees que… soy patética, ¿no? –Pregunté con un poco de decepción, aguantándome las ganas de llorar, no llores… no llores, ____.

–No, ____. Oh, preciosa. Yo te ayudaré si es necesario, pero no lo hagas más, por favor. Mírate, eres perfecta. –Habló rápidamente, pero de igual manera le entendí. ¿Esto era una broma? Él sin duda era el chico más tierno del mundo. Empecé a llorar… no sé si era de la emoción, o… realmente no sabía la razón.

–No soy perfecta, Taylor. –Susurré mientras el limpiaba mis lágrimas y acariciaba mi pelo, estando en medio del pasillo; sin nadie a nuestros alrededores.

–Para mí sí, ____. Sí lo eres, y siempre lo serás. –Susurró, tomándome con fuerza y abrazándome como si no me quisiera dejar ir, nunca. Le devolví el abrazo de igual manera y lo miré directo a los ojos; esperando que me bajara, aunque no quisiera. Pero eso no pasó, en cambio… el me besó. Tan delicadamente y apasionado, en general, perfecto.

Depression {Justin Bieber} | AdaptadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora