All over again | Capítulo veintiséis

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Al día siguiente ordenamos algunas latas de cerveza que habían quedado en el patio y limpiamos lo demás. Barrimos el patio y cortamos el pasto. Aseo por aquí y aseo por allá. Finalmente una vez que dejamos todo listo, pedimos una pizza y vimos una película de acción como las que le gustan a Justin. No me gustó mucho ya que, soy chica, y a la mayoría de las chicas les gustan otro tipo de películas, algo como las románticas o de comedia. En fin, la película había llegado a su fin y nos dormimos en el sillón una vez más. 

Cambiando de tema, había tenido unos… tres mareos en el día, hacía mucho calor por lo cual pudo haber sido por eso la causa de los mareos, ¿no? No creo estar embarazada. 

El lunes llegó y era la hora de dar la noticia. ‘’_______ Blair y Justin Bieber están saliendo’’. Era el título que había en la portada del diario de la secundaria. Las porristas me electrocutaban con la mirada, sí, todas, absolutamente me odiaban. Pero, ignorarlas era lo mejor que podía hacer, quedaban sólo meses para la graduación y luego no volvería a ver nunca más a ninguna de esas perras. Pattie y los pequeños estaban muy felices de nuestra relación, a Jeremy no le interesaba mucho pero estaba contento de que su hijo al fin tuviera una novia de verdad, a la cual tenía que respetar, amar, y blablablá. 

A medida que avanzaba el tiempo, nuestra confianza en la relación crecía y era un amor inseparable, irrompible y único. Era ese tipo de amor de libros, con el cual siempre soñé. No todo era de rosa en la relación, tuvimos unas pequeñas peleas que luego se reparaban haciendo el amor y con un par de disculpas de Justin, todo bien. Él me amaba realmente, y las chicas se morían de la envidia, eso era gracioso para Justin. Ryan siempre le aconsejaba lo mejor para nuestra relación ya que la de él y Steph no funcionó como querían por lo cual quedaron como… amigos con derechos, no lo sé, tal vez mejores amigos. No lo sabía.

La profesora de Química estaba muy feliz, y últimamente había tenido licencia médica porque se presenciaba un posible embarazo. ¡Y así fue! Mi querida profesora sería madre otra vez, a sus treinta y siete años. Al igual que Marcella, quien había prometido venir a visitarme para Acción de Gracias. Y, aquí la esperaba. 

—¿Qué haces? —preguntó Charlie, ella había estado saliendo con un chico algo mayor, había sido gracioso la forma en la que se conocieron, ya que él la detuvo porque ella manejaba en exceso de velocidad. 
—Oh, sólo veo las universidades en Londres, me iré a estudiar allá, psicología… no sé, tengo que hablarlo con Justin. —respondí, moviendo el mouse de arriba-abajo sobre la pantalla del notebook. 

—Interesante. Hoy mi policial me invitó a una cita… estoy nerviosa. —confesó y mordió su labio, haciendo que me volteara hacia ella.

—Sé natural, compórtate bien y no como una perra. —reímos y ella asintió, mirándose por ultima vez en el espejo. —Te ves muy guapa por cierto.

—Gracias, ______. En fin, ya me tengo que ir. Nos vemos después, deséame suerte. 

—¡Suerte! —reímos y ella salió de la habitación, sonriendo ampliamente.

Mi relación con Charlie no había cambiado para nada, seguíamos siendo amables la una con la otra y nos aconsejábamos de todo. Una vez que ella se enteró que Bieber y yo estábamos saliendo, se alegró mucho… y me acompañó al medico para que pidiera las píldoras que ella estaba tomando para no quedar embarazada. ¡Amaba a ésta Charlie! Sin duda, era la hermana que siempre quise.

Y… volviendo a cambiar de tema, hoy invité a Justin a cenar a la casa, mis padres no estaban ya que cada uno se había tomado unas vacaciones personales para pensar lo que realmente querían, eso era mejor que estar peleándose a cada jodido segundo. Ugh. La casa estaba sola y… bueno, tendríamos bastante tiempo para nosotros dos. Y tenía planeado conversar con él, acerca de Londres, y nuestro futuro. Porque nuestra relación seria duradera, lo tenía cien porciento comprobado.
El timbre sonó y me apresuré en terminar de poner la mesa para ir a abrirle a Justin. Sequé las manos en mi delantal y abrí, tirándome a sus brazos y repartiéndole muchos besos a través de su rostro suave. Bieber rió y me levantó, girándome. Era como esas películas donde la esposa está haciendo la cena y llega su marido después de meses de guerra… algo así me imaginaba. Fue emotivo. Lo invité a pasar y revolví la salsa que estaba haciendo, Justin se colocó detrás de mí oliendo la comida. Besó mi cuello y rodeó mi cintura. Besé su mejilla y lo corrí para atrás, sacando unos platos para servir lo que tenía preparado. Justin prendió la televisión colocando un canal de futbol americano, ya que no había ningún partido actual de Hockey o Soccer. Vertí los fideos con salsa en los platos y los coloqué encima de la mesa, para servirnos la comida. Nos serví un vaso de bebida para ambos y me saqué la bata que traía puesta dejándola encima del sillón, dejando a la vista mi negro vestido floreado con rosas amarillas, era apretado en el busto hasta la cintura y luego caía hasta arriba de las rodillas. Lo había comprado hace mucho tiempo pero nunca lo había usado, raramente. 

—Te vez hermosa, nena. —dijo Justin, mirándome de arriba-abajo. Sonreí sonrojándome y me senté en la mesa empezando a comer igual que él. —Por cierto, la comida está… oh, exquisita.

—Gracias Biebs, tú también te ves muy guapo, exageradamente guapo. —reímos e hicimos un brindis por nuestra relación. —Necesito decirte algo.

—¿Estás embarazada? —preguntó rápidamente haciéndome reír.

—No idiota, no estoy embarazada. —sonreí. —Bueno, espero que estés de acuerdo con esto pero… tengo el dinero para la universidad en Londres. 

El silencio abundó la sala, poniéndome nerviosa.

—_______, nena, ¿qué hay de Canadá? —preguntó lamiendo sus labios con salsa. 

—Lo siento… —susurré. —Ha sido mi sueño desde pequeña, es una gran oportunidad para mí. Quiero ser una buena psicóloga. Enserio.

—Está bien… no nos pongamos malhumorados y disfrutemos de la noche. Estamos solos, ¿no? —levantó las cejas repetidas veces y reí sonoramente. 

—Entiendo… pero primero terminemos de comer, ¿sí? Tengo hambre. —él asintió y seguimos comiendo. 

Al rato habíamos terminado de comer y deje los platos en el lavaplatos, retirando la mesa con la ayuda de Justin. Él llevaba sus pantalones caídos y traía ese bigote que se dejaba crecer, lo hacía ver más grande pero su personalidad… era de un feto infantil, realmente. No llevaba lentes ni gorra, como usualmente andaba vestido. Finalmente subimos a la habitación y recordé lo que quería que me ayudara a botar.

—Bieber, ven. —dije, tomando su mano y dirigiéndolo hasta mi armario donde tenía guardada mi ‘’caja satánica’’ con cuchillas, afeitadoras, fotos suicidas, etcétera… quería deshacerme de aquello. —¿Podrías pasarme el encendedor? Por favor.

—Claro, ¿para qué? —preguntó extrañado y me entregó el encendedor. Lo prendí y abrí la caja, mostrándole lo que había dentro. Él se sorprendió y asintió, prendiéndole fuego. Sentí que me sacaba un gran peso de encima al quemar esa caja y tirarla a la basura echándole agua. —Eso… está muy bien, _______. Es un gran paso.

—Gracias por apoyarme y no alejarte de mí, te amo. —susurré, besando sus labios como una completa enamorada. Justin tomó mis muslos y me besó con pasión, amor, miles de sentimientos se fundían en ese beso sinfín. 

—Te amo.

—Nooooo, yo más. —reímos y esa era otra más de nuestras peleas de enamorados.

Justin y ________, por siempre.

Depression {Justin Bieber} | AdaptadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora