Consejos de Jason.

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 Capítulo 28: Consejos de Jason.

Annabeth sale del colegio con un suspiro, feliz de que el día escolar haya acabado. Se sintió de pesadilla estar rodeada de tantas personas, con cualquiera pudiendo ser el admirador, con los pasillos llenos de recuerdos de su amor perdido. El colegio jamás le ha parecido un lugar de horror... hasta que apareció el admirador.

Respira profundamente y decide irse a su hogar cuándo alguien la empuja por la espalda. Ella se gira con el ceño fruncido y ve a un rubio mirarla apenado.

—Lo siento, Annabeth —dice—. No te vi —alza su teléfono—, estaba distraído.

—No te preocupes, Jason —le sonríe. El rubio comparte con ella una clase y no le sorprende que estuviera al teléfono, últimamente lo ha visto con el aparato en sus manos más que prestando atención de las clases.

—¿Vas a casa? Puedo llevarte, si quieres —le ofrece con una amigable sonrisa. Annabeth medita eso. No tiene auto, por lo que sus opciones son caminar o el autobús. No quiere caminar y el autobús está rodeado de gente que no quiere ver.

—De acuerdo —acepta. Jason dirige la marcha hacia el estacionamiento, comentando sobre una tarea que no entendió mucho. Annabeth le medio escucha, pero sonríe como si estuviera prestándole atención. Llegan al auto de Jason y el chico abre la puerta para ella, la chica va a entrar cuando, unos puestos más allá, ve a su mejor amiga hablando con su ex novio.

Piper asiente a lo que dice Percy, sea lo que sea, entonces la ve. Los ojos de la castaña se posan en ella y alza la mano en un saludo. Percy se voltea y en cuanto la ve, desvía la mirada y le murmura algo a Piper, mientras abre la puerta de su auto y entra. La castaña le frunce el ceño al pelinegro y entra en el lado del copiloto.

—¿Estás bien? —la voz de Jason hace que deje de mirar a los chicos y entra en su auto.

—Sí —responde a su pregunta cerrando la puerta. Jason se sienta en el lado del piloto y enciende el auto.

—Yo shippeaba Percabeth —comenta saliendo del estacionamiento. Ella lo mira—. Hasta que lo arruinaron terminando —niega con desaprobación—. No debieron hacerlo.

—Teníamos problemas —replica ella—. Y fue él el que terminó conmigo, no yo.

Jason vuelve a negar con la cabeza.

—Pero si te importa, entonces harías algo para recuperarlo. Algo para solucionar sus problemas y no solo hecharle la culpa por quién terminó con quién. Lo de ustedes era algo especial, no sé qué problemas pudieron tener, pero si aún le quieres, al menos has algo para recuperarlo, no solo te quedes ahí, viendo como se aleja con tu mejor amiga.

Annabeth abre los ojos como platos.

—¿Viste eso tu también?

—Por supuesto —se encoge en hombros—. Y apuesto a que si los ves juntos piensas lo peor, que salen o alguna tontería como esa.

La rubia frunce los labios, pensando en que tiene razón.

—¿Crees que él aún me quiere? —pregunta.

—Estoy muy seguro de ello, Annabeth —le sonríe—. Ahora, es momento de utilizar toda tu inteligencia en algo útil: en cómo recuperar tu relación con Percy Jackson.


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