El gran día.

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Capítulo 61: El gran día.

Una semana después...

El día del baile de verano.

Annabeth se despierta con una sensación de alegría absoluta revoloteando en su pecho. Finalmente ese día ha llegado. En pocas horas conocerá al fin el rostro del chico que tanto le ha escrito y que la ha tenido intrigada con cientos de correos esos últimos días.

Annabeth no puede sentirse más ansiosa para que llegue la hora del baile.

Pero primero es lo primero, ella y sus amigas deben prepararse para la fiesta para impresionar a sus citas.

Unos cuántos mensajes de texto después, todas ellas se reúnen en casa de Thalía, la casa que queda más cerca del Colegio Mestizo.

Calipso, Zoe, Bianca, Hazel y Annabeth se encierran en la habitación de Thalía para empezar los preparativos.

—¿Y con quién irás? —pregunta Annabeth a Thalía mientras saca cuidadosamente su vestido del paquete.

—No se lo van a creer —dice la pelinegra sacando un set de maquillaje—. Nico me pidió ir con él.

Todas las chicas dejan lo que están haciendo y miran a su amiga.

—¿Nico? —pregunta Calipso, extrañada.

—Solo lo pidió y dije que sí —Thalía se encoge de hombros, restándole importancia.

—¿Nico y tú no habían salido antes? —pregunta Bianca de improviso. Las demás prestan suma atención a la respuesta e Thalía. Esa es una pregunta que todas se han hecho, pero que ninguna sabe la respuesta.

Thalía mira a otro lado.

—Sí. Pero fue un tiempo muy corto. No funcionó —empieza a juguetear con un pintalabios color ciruela.

—¿Qué sucedió? —pregunta Hazel, acercándose a su amiga.

—A Nico le gustaba alguien más —Thalía se pone de pie de un salto y sale del dormitorio, dando el asunto por zanjado.

Las demas intercambias miradas perplejas antes de seguir a lo suyo. Annabeth mira su vestido dorado que combinará a la perfección con la máscara de oro. Una sonrisa florece en sus labios al saber lo que la aguarda en un rato.

En pocas horas la identidad de su admirador ya no será más un secreto.

odo momento se mantiene pendiente de lasreacciones de Percy, esperando que revele alguna pista de culpabilidad que lede a entender que realmente él es el admirador.

Pero el rostro de Percy es una máscara de curiosidad por su historia y no hay ni una pizca de culpa en sus expresiones.

O lo oculta muy bien o Percy de verdad no es el admirador.

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