—No es lo que usted cree, solo confié en mí, si lo que quiere es salir de aquí —Explico Luciel.
—Este suéter me costo millones, es de diseñador —Regaño la señora con molestia.
—Señora, créame que su vida es mas valiosa que cualquier ropa de diseñador y si en verdad aprecia su vida, valorese mas a usted misma que su suéter —Aconsejo Luciel con tranquilidad.
—Esta bien, confiare en usted —Exclamo la señora con confianza.
La señora se quito su suéter, dejándolo atorado en la puerta, Luciel estiro el suéter desde la puerta hasta desgarrarlo y romperlo, la cerradura se compuso de nuevo, lo que permitió a la señora, regresar con los demás.
Mientras tanto, el joven llego hasta la cabina de control, donde golpeo el techo varias veces con su puño hasta conseguir la atención del conductor. Una vez conseguido esto, le grito desde el techo:
—Debe detener el tren, debe detenerlo ahora mismo, el puente va colapsar y las vías harán caer el tren abajo del precipicio.
El conductor inmediatamente tiro de la palanca para frenar la velocidad del tren y de repente unas fuertes pisadas se escucharon sobre el techo haciendo rechinar del acero, el respirar del toro era cada vez mas fuerte, se podían escuchar las cadenas que colgaban de el como un collar, su siniestra mirada oscura de tres lunas en sus ojos, su fría expresión de satisfacción, su rasposa barba y su pesada espada con un mango formado de los huesos de sus oponentes.
Luciel corrió hacia las escaleras, subió con una charola de escudo, un tubo como espada y una hoya como casco, corrió con fuerza y coraje sobre los vagones, saltando de uno al otro hasta llegar al techo de la cabina.
—¿Donde esta tu amiguito ese? —Pregunto con ira el demonio mientras lo miraba con odio.
—No se de que joven me hablas, así que no te puedo responder —Excuso con burla.
—No te hagas el gracioso, más te vale que me digas donde esta o sino... —Amenazo el demonio.
—O sino ¿qué? —Cuestiono el joven sin miedo.
—O sino tu viaje en tren habrá acabado aquí.
Luciel dio un grito e intento herir al demonio, este soltó mismo soltó al joven dejándolo a salvo. Dio dos leves pasos hacia adelante y un ataque directo a Luciel, el cual se defendió con su charola que llevaba de escudo. El joven clavo su espada en el lomo del demonio, este se agito con brusquedad hasta arrojar al joven el otro lado, su espada se deslizo hasta la orilla trasera del techo del vagón mientras se sostenía en el lado izquierdo del techo del vagón.
Luciel corrió a darle la mano para ayudarlo a regresar por completo al techo del vagón, el joven le pidió de favor que primero tomara el arma y después lo ayudara a subir. Luciel siguió esta orden y una vez que lo ayudo a subir, Luciel uso la espada del joven. El demonio dio un ataque frontal con su espada, cual que fue bloqueada por el escudo y con su mano derecha dio un ataque vertical con la espada a los pies del demonio, acción que arrodillo al ser frente a Luciel, coloco una manos sobre su cabeza, dejo brillar su collar azteca y el ser demoníaco cerró sus parpados dejando soplar un frió y gélido suspiro. La tierra empezó a abrirse, los cielos se cerraron, las vías del tren se cubrieron de un fuego infernal hasta llegar a los tejados. Miles de caballos podían oírse a lo lejos del tren, eran los jinetes de la oscuridad cabalgar alrededor de los montes.
Luciel y el joven elfo estaban anonadados ante las tétricas figuras acercarse al tren, miraron a sus alrededores buscando un lugar donde esconderse, miles de flechas llameantes se vieron surcar los aires como las águilas hacia ellos. Luciel con coraje y valentía tomo de la charola y acerco al joven elfo a él y se arrodillaron, cubrió la parte frontal y el joven elfo con su escudo cubrió la parte superior.
ESTÁS LEYENDO
Luciel y el regreso de la oscuridad
DuchoweLuciel es un joven que tras la caída del imperio azteca se encamina en la búsqueda de los pergaminos sagrados que abrirán las puertas astrales a una dimensión prohibida por los dioses. En el viaje se vera envuelto en una constante lucha entre el bie...