Este fic está basado en el juego Corazón de Melón. La vida de Sucrette no es muy fácil que digamos. Hasta que ella conoce a su media naranja que la ayuda a salir a adelante; Armin.
Armin y Sucrette se dirigieron al restaurante "El Gran Gourmet ".
Armin le extendió caballerosamente la mano a Sucrette para ayudarla a salir del coche. El muchacho pelinegro estaba bastante nervioso ya que le iba a pedir ser su pareja a Sucrette. Le compró un brazalete, este era elegante y muy bonito: era de color dorado y tenía en letras mayúsculas en color plata la frase "You are my love".
- Bueno, hemos llegado al gran famoso El Gran Gourmet.- respondió el muchacho.
- ¡Ala! Te ha debido de costar mucho dinero... No debías molestarte.- dijo Sucrette admirando la fachada del restaurante.
- Por una vez, no te preocupes por el dinero ¿vale? Hemos venido a divertirnos, no a jugar a los abogados.- siguió con una carcajada.
- Está bien.- respondió la chica seguidamente de una sonrisa.
Ambos entraron y Armin le dijo al camarero que atendía que tenía reservado para dos en la terraza, en nombre de Marina Smith. Ya que cogieron la tarjeta de su madre, debían darle el nombre si no, no le dejaban entrar al restaurante.
- Acompáñenme, por aquí.- dijo el camarero extendiendo el brazo indicando el camino.
- Vamos, My Lady .- dijo Armin tomando la mano de Sucrette.
Ambos, junto al camarero, llegaron a la terraza. Ésta se encontraba decorada con pequeñas luces amarillas y flores rojas y blancas. El lugar estaba vacío, al parecer esa parte del restaurante sólo la habían reservado ellos dos.
- ¡Esto es hermoso!- murmuró Sucrette de forma que las personas de la planta de abajo no se dieran cuenta, ya que podrían llamar la atención.
- Desde luego.
- Bueno, esto ya está listo.- comentó el camarero doblando delicadamente el mantel y las servilletas.- ¿Qué van a tomar?
- Yo una Coca Cola.- respondió Armin.
- Yo igual.- dijo Sucrette con una sonrisa.
- Y por último, ¿van a querer un entrante? o ¿van a pedir ya el plato principal?
- Como prefieras, Armin.- dijo la pelinegra mirando a los ojos a al muchacho.
- Pues no queremos entrantes, gracias. ¿Qué vas a querer de principal?
- Mmmm...- observaba Sucrette la carta.- Creo que voy a escoger la lasaña.
- Vale, ¿y usted?- dijo el camarero mientras apuntaba en una libreta.
- Creo que también, gracias.- respondió Armin.
- Vale, en unos minutos le servimos.
La cena fue transcurriendo hasta que Armin decidió darle ya el brazalete e invitar a salir a Sucrette.
- Ejem... Sucrette, tengo que decirte algo.- dijo con valentía.
- Vale, dime. Te escucho.- le respondió con una gran sonrisa.
- Sucrette, desde que te conocí, supe que eras una persona genial y especial. Siempre estás sonriendo y eso para mí es lo más grande del mundo. Eres genial y por eso te quería decir, ¿te gustaría salir conmigo?- le propuso a la muchacha abriendo la cajita en la que estaba el brazalete.
- M-me encantaría!- respondió Sucrette abrazando a Armin y sin parar de sonreir.
Los dos jóvenes empezaron un beso lleno de pasión y de armonía en el cual los dos expresaban los sentimientos que sentían en este preciso instante. Lamentablemente, ambos se separaron por falta de oxígeno.
- Te amo, Armin...
- Y yo a ti, My Lady.
- Es muy bonito el brazalete.- dijo Sucrette sin parar de sonreir mientras se lo ponía.- Muchas gracias, gracias por esta noche tan maravillosa.
- Gracias a ti, por estar en mi vida.
Sucrette en ese instante se sonrojó e intentó que Armin no se diera cuenta. Para ello cambió de conversación.
- Oye, y lo de My Lady, ¿eso de qué es?.- preguntó la muchacha con curiosidad.
- Es de un videojuego. Se trata de una chica extraterrestre que se enamora de un chico humano y los dos luchan contra los de su misma especie luchando por su amor. Por eso te llamo así, porque eres diferente a las demás chicas, en el buen sentido, claro. Y porque eres mi princesa.
- Oh, Armin... Te quiero...- dijo mientras abrazaba a Armin.
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Holaaaaa, ¿qué taal? Ayer me olvidé completamente del fic, lo siento... :( Pero aqui estooy!! Espero que os haya gustado mucho mucho el capitulo y nos vemos mañana o el sabado. Hasta luego! Y gracias por leer!
