Un dulce regalo navideño
Bueno, hoy era 25 de Diciembre. Pasaron los días lentamente, hasta que llegó Navidad. El día en el que la gente se regala cosas, se cena en familia y se reúnen con los seres queridos. Este año, era el primer año que Sucrette pasaba las navidades sin sus padres. Lucía regresó a la ciudad donde se estacionaba el padrastro de la joven.
En este día tan familiar a Sucrette se le ocurrió una idea descabellada, la cual era reunir a todos sus amigos en las mansión el día siguiente, el 26. Incluidos Castiel, Rosalya, Iris, Lysandro y los gemelos. La idea de juntar en una misma mesa a Castiel y a Armin era un poco loca, pero siendo una época de paz y amor, a lo mejor no habría problemas, o eso pensaba la pelinegra.
En la mansión se encontraban los gemelos, Lysandro y Sucrette. Desayunaban en el comedor Alexy y Sucrette, mientras Lysandro estaba en el salón escribiendo en su libreta, la famosa que tanto pierde, y Armin desempaquetando unas cajas donde había adornos navideños para la mansión a la vez que se comía una tostada.
- Chicos, mirad lo que encontré.- exclamó Armin sujetando varios espumillones de color rojo.
- Vaya, si parecen nuevos. Esos adornos tienen más años que los pantalones de la temporada pasada.- respondió Alexy asomándose hacia donde estaba Armin, haciendo que esa respuesta provocase risas.
- ¿Vamos a adornar ahora la mansión?- preguntó Lysandro reposando su mano en el sillón.
- Si queréis, por mi no hay problema. Terminamos Alexy y yo de desayunar y nos ponemos manos a la obra.- dijo Sucrette con una sonrisa, como habitualmente, en su rostro.
- Si, buena idea. Por cierto chicos, ¿nos damos ahora los regalos que hay debajo del árbol?
- En mi familia tenemos una costumbre de abrirlos a las 12:00am, no sé por qué lo hacían así, pero me gustaría seguir la tradición ya que esta es la única navidad sin mis padres.- respondió Sucrette un poco entristecida.
- Está bien, pues a las doce los abrimos si así lo deseas.- le respondió el peliplata antes de retomar sus apuntes.
- Gracias chicos.- dijo la pelinegra después de acabarse el vaso de zumo.
[...]
Pasaron varias horas y ya eran casi las doce de la mañana, hora en la cual la familia de Sucrette abrían los regalos del día 25, y hora en la cual los muchachos le prometieron a la pelinegra abrirlos para cumplir el deseo de Sucrette.
- ¡Escuchad! ¡Venid a donde el árbol!- exclamó la pelinegra para que los muchachos fuesen en donde se encontraba.- ¡Ya son casi las doce!
- Ya estoy.- dijo Alexy mientras bajaba las escaleras dando unos pequeños saltos.
- Y yo.- dijo seguidamente Armin dejando la consola en el sofá.
- ¿Ya es la hora?- preguntó Lysandro entrando al salón.
- Queda un minuto.
Cuando dieron las doce de la mañana, a Sucrette se le iluminó su rostro con una sonrisa de oreja a oreja.
- ¡Muy bien! Y son las doce, ¿quién empieza?- preguntó la pelinegra dando unos aplausos de emoción.
- ¡Yo!- exclamó Armin.
- Vale, coge todos los regalos que tengan tu nombre.- respondió la ojinegra.
- Entendido, entonces este, este, este... y... este.- dijo Armin mientras cogía los regalos que tenían su nombre.
- Primero este, ¡ábrelo, ábrelo!- exclamó Sucrette.
- Vale, este es de... Alexy. A ver que toca este año...- dijo el pelinegro mientras rompía el papel de regalo.- ¡Es el nuevo videojuego exclusivo hecho por el mejor creador de Japón! ¡¡¡Muchas gracias hermano!!!
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La vida de Sucrette y Armin
Fiksi PenggemarEste fic está basado en el juego Corazón de Melón. La vida de Sucrette no es muy fácil que digamos. Hasta que ella conoce a su media naranja que la ayuda a salir a adelante; Armin.