Ya pasaron 4 años desde la última vez que a Sucrette le llegó un mensaje de Dake. La policía logró raptarle con ayuda de Nathaniel. Todo este tiempo pasó muy rápido para todos. Castiel tuvo que mudarse a otra parte del país, sus padres le obligaron a que se fuese con ellos. Armin le demostró todo su cariño a Sucrette, y ella se dio cuenta de lo que de verdad sentía.
Después de largos años, Nathaniel se instaló cerca de la casa de Sucrette y todos sus amigos hicieron muchas quedadas juntos. El tiempo pasó, y todo estaba diferente, pero en el buen sentido. Todos estaban por fin felices, menos Castiel. No soportaba la idea de separarse de su amada, maldijo el día en que conoció a la pelinegra, porque se enamoró de ella hasta las trancas.
En casa de Sucrette, Armin y Alexy...
Hoy era un día soleado, sin ninguna nube. Era el día perfecto para salir a dar un paseo. Sucrette se encontraba en su habitación recogiendo la ropa de la noche anterior. Armin subió a la habitación de la pelinegra.
- ¿Por qué no descansas un rato?- apareció Armin por la puerta y se puso detrás de la pelinegra sujetándola de las manos.
- Todavía me queda mucha faena... No es momento para divertirse.- respondió mientras doblaba un pantalón.
- Oh, vamos, no seas aguafiestas...- dijo el pelinegro antes de besar el cuello dulcemente a la pelinegra.
- Si te digo que no, no me dejarás escapar aún así, ¿verdad?-. dijo mientras se giraba quedando cara a cara con el oji-azul.
- Tú lo has dicho...- empezó a besar el rostro a la chica.
- Está bien...- respondió la pelinegra.
- Bien...- dijo mientras tiraba a la pelinegra a la cama-. Juguemos, entonces...- se pone encima de la pelinegra haciendo que se sonrojara. La pelinegra empezó a besar el cuello del oji-azul. Armin empezó a levantar la camiseta que llevaba puesta Sucrette, la ropa volaba por toda la habitación. El chico empezó a hacer estocadas y movimientos con las caderas, Sucrette le seguía los movimientos como hacían siempre.
- A-armin... T-te amo...- dijo la pelinegra entre sollozos.
- Yo t-también a ti, m-mi amor...- respondió el chico.
Ese momento se llenó de sollozos y gemidos. Ambos eran felices juntos. Así pasaron muchos años juntos a su lado.
2 años más tarde...
Bueno, pasaron muchos años y Armin y Sucrette seguían queriéndose y amándose. Ya llegó el día de su casamiento. A ambos no le gustaban los casamientos, pero sentían que lo hacían con la persona correcta. Sucrette estaba muy hermosa, su vestido era sencillo, pero muy elegante y bonito, este era de color blanco y su pelo era adornado con un pasador con florecillas blancas. Armin también estaba muy guapo, su traje era negro y llevaba una corbata negra que le hacía muy elegante.
Estaban todos invitados a la boda, sus amigos y familiares. Pero hubo algunos que no fueron porque tuvieron problemas o porque directamente no querían ir, como es el caso de la madrastra de los gemelos, o Castiel.
Después de la boda, se fueron todos al banquete. Allí se pusieron todos hasta los pies de comida, pero eran felices y eso era lo importante.
Pasaron los años, y Sucrette y Armin se fueron a vivir a su propia casa, por lo que Alexy se quedó en la casa donde vivían. La pareja no lo tenía pensado, pero Sucrette se quedó embarazada, de mellizos. Los dos estaban bien saludables. Los llamaron Alen y Erika. Alen era un chico que salió a su papá, le gustaba mucho los videojuegos. En cambio, Erika era una chica muy tranquila que le gustaba mucho dibujar. Era la familia perfecta, sin ningún problema.
FIN
Bueeeeeeeeeeeeeeeeno, no me maten pls pls pls. Se que no actualicé en bastante, pero es que estuve muyyyyyyy ocupada entonces pues :> pero bueno, también tenía ganas de cerrar este fanfic porque quiero empezar con "El sueño profundo" un poco mas a fondo. Y bueno, espero que les haya gustado este fanfic y si quieren más sugerencias de más cositas, me lo podéis dejar en los comentarios :> También tal vez haga un preguntas y respuestas, ya ustedes me dicen :> Byyyye
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La vida de Sucrette y Armin
FanfictionEste fic está basado en el juego Corazón de Melón. La vida de Sucrette no es muy fácil que digamos. Hasta que ella conoce a su media naranja que la ayuda a salir a adelante; Armin.