Capítulo 19|

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La decisión cruel

30 de Noviembre, 10:13 am

Los médicos le dieron el alta a Sucrette y hace unos días se instaló en su casa. Lysandro animaba mucho a Sucrette en el tema de Armin y Castiel y Sucrette intentaba no hablar con Armin en casa ya que es difícil para ella cruzar miradas o decirle aunque sea un "hola" a Armin.

Eran ya las 10:15 am y Sucrette estaba desayunando con Lysandro en el comedor mientras Alexy recogía su desayuno y Armin desayunaba en el salón muy deprimido.

- Bueno, ya terminé de recoger. Si necesitáis ayuda me llamáis.- dijo Alexy dirigiéndose hacia el salón-. Hola hermano, ¿por qué estás tan... deprimido?

- Oh, hola Alex... ¿No lo sabías?

- ¿El qué debería saber?

- S-sucrette y yo... terminamos...

- ¡¿Qué tú y Sucrette qué?! ¿Por qué?

- Ella está... confusa... El rockerito la ha visitado y esas veces... le ha confundido más de lo que está. La besa... Le dice cosas para que lo dejemos... 

- ¡Plántale cara a ese tipo! ¡No dejes que te quiten a tu chica!

- ¿Cómo lo voy a hacer? Castiel la tiene loca con esas palabritas... Para Sucrette, Castiel es perfecto... No soy nada comparado con él...

- ¡No digas eso! Tú tienes muchas virtudes, Sucrette tiene los ojos tapados. No se da cuenta de lo que tiene y lo va a perder si sigue así. Así que no te des por vencido.

- Está bien, haré lo imposible para recuperarla. Gracias hermanito.- dijo Armin abrazando a su hermano.

- De nada, para eso estamos los hermanos.- dijo Alexy con una sonrisa.

[...]

Horas más tarde...

Sucrette iba a ir a la casa de Castiel para hablar con él y explicarle todo lo ocurrido y a quién a decidido. Mientras, Sucrette se preparaba para salir y se puso ropa básica. 

- ¿A dónde vas?- preguntó Alexy apoyando su espalda en el marco de la puerta de la habitación de Sucrette.

- ¡Alexy! Me asustaste... Iré a c-comprar unas cosas...

- Bueno, te acompaño.

- ¡No! O sea... No hace falta.

- Está bien, ¿por qué tan nerviosa? 

- ¿Yo? ¿nerviosa? Que va. Bueno, me voy que el súper me cierra...

- Vale, adiós, nos vemos luego. Pero una cosa...

- Dime Alex.

- Si tu corazón elige a Castiel, no sabes lo que te pierdes... Mi hermano es el único chico que conozco que es amable, sincero, cariñoso y el único que te quiere. Quítate la venda de los ojos, Armin, aunque no lo reconozcas, es el amor de tu vida.

- ¿Terminaste? 

- Si, terminé. Que te vaya bien en el "Mercadona".

- Que gracioso estás hoy... 

Sucrette cogió las llaves del coche y se dirigió hacia el garaje para ir a la casa de Castiel.

Quince minutos más tarde...

Sucrette llamó a la puerta del establecimiento donde vivía el pelirrojo.

- Bienvenida, ¿cómo tú por aquí?- preguntó Castiel al abrir la puerta.

La vida de Sucrette y ArminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora