Timothy Simpson cayó al mismo tiempo que el instrumento responsable de su muerte. La nieve se comenzó a manchar de rojo a su alrededor. Comenzó a escupir sangre. Calder, su hombre de confianza, ignoró la agonía del pelirrojo y se puso en estado de alerta. Era un hombre tan eficiente que parecía no ser humano.
Por primera vez sintió deseos de pedir ayuda.
Una voz distorsionada habló cerca, en alguna parte.
–Todos quietos –se escuchó.
Tim levantó la cabeza, aún tenía fuerza, el espectro térmico de Calder se posaba a su lado. No era el único.
"Dios mío –se dijo–, el Demonio de Sudamérica es real".
Fue Burns quien rompió el diabólico silencio. Lo había visto.
–¡CONTACTO!
Phillips se quitó la boina y la lanzó contra la pantalla con violencia.
–¡Maldita sea! –Exclamó lleno de cólera.
Michelle Truman seguía inexpresiva al fondo, recargada del escritorio, como si viera una simple película, parecía sopesar sus opciones al tiempo que observaba cómo una fuerza invisible, similar a una onda de calor en el verano, arrasaba a los soldados que sólo disparaban a todas partes.
Las cámaras montadas en varios sujetos habían robado el protagonismo a la que llevaba Simpson. Varios perdieron imagen en instantes. "No pueden matar lo que no pueden ver".
El agente Calder Jones fue el siguiente, fue lanzado en los aires directo a la cabaña. Su cuerpo destrozó la pared de madera y quedó dentro, seguramente inconsciente.
De pronto, Truman recibió una bofetada mental. Se puso de pie.
–¿Dónde está Schaefer?
La teniente Rodríguez no lo podía creer, había compartido años de emoción, de entrenamiento, de ayuda y amistad con dos hombres que ahora estaban muertos, Timothy Simpson y Clark Hill.
A pesar del carácter prepotente de Simpson, que sólo se "activaba" con personas de menor rango, era una buena persona. Hasta el mismo Calder, seguramente inconsciente ahora, era entrañable cuando decidía hablar.
–¿Qué diantres hacen aquí? –esa había sido la pregunta de Tim la mañana que se conocieron.
Calder, Hill y Rodríguez se despertaron, eran las tres de la madrugada, se suponía que su primer día como Delta Force iniciaría a la hora en que todos despertaban, a las 4 o 5, dependiendo rangos, pero el pelirrojo tenía otros planes.
–Se supone que son de los mejores –continuó–, y los mejores no duermen. ¡Arriba!
No, no podía acabar así. Con una débil y nostálgica Rodríguez viendo morir a sus amigos, oculta junto a Richard Schaefer.
–Soy una Delta –susurró.
–¿Qué dices? –cuestionó Schaefer con una ceja alzada.
–Que debo hacer algo.
–Morirás, igual que todos. No tienen oportunidad.
–¿Qué haces aquí entonces? Deberías huir.
–Me vería, y no estoy ocultándome.
–¿Entonces?
–Espero a que se agote matando a todos.
Rodríguez abrió los ojos como un búho, el detective era cruel. No tenía alma, tal vez por eso seguía vivo.
–Eres un desgraciado...
–Un desgraciado vivo –replicó sin inmutarse.
–Morirás solo.
–Espero.
–Nadie te ayudará cuando estés en peligro.
–Espero, son muy ineptos para ayudarme.
Harta del inhumano neoyorkino, la mujer salió corriendo de su escondite. Pudo ver cómo partían a un soldado por la mitad. Lo había olvidado. La teniente latina usó sus gafas de visión térmica. Lo vio. Unos dos metros de altura, antropomórfico, veloz, ni siquiera se tomaba la molestia de detenerse para eliminar a sus presas, sólo avanzaba entre ellos, aprovechando la creciente oleada de pánico.
Rodríguez apuntó con su rifle.
Schaefer intentó detenerla, pero fue tarde. La bala avanzó por el aire hasta acertar.
Un líquido verde saltó en la oscuridad, brillante. La bestia invisible lanzó un rugido.
–¡Ya no es invisible! –Exclamó Burns.
–Puede sangrar... –susurró Rodríguez.
Schaefer se abalanzó sobre la mujer con fuerza, ambos cayeron en la nieve. Un disco con cuchillas como en que había matado a Simpson pasó por arriba de los dos. El detective la acababa de salvar.
–El metal es frío –le dijo Schaefer estando encima de ella–. Sus lentes no lo detectan.
El pesado detective se levantó, la mujer parecía adolorida, estuvo apunto de decir un "lo siento", pero se rehusó. Momento, fue extraño ¿Acababa de demostrar... caballerosidad? ¿Él? "No es momento", se dijo.
Burns se quedó sin municiones, no era el único. Corrió hasta el cadáver que permanecía colgado del porche, los hombres que iban huyendo detrás de él no tuvieron tanta suerte.
El agente de la NSA se detuvo junto al cuerpo, la máquina de extracción de combustibles estaba a su espalda, no podía huir. La marca fluorescente seguía visible, se acercaba lentamente. En un último intento, Burns apuntó su revólver con mano firme. Disparó, la sangre brotó también. Otro disparo.
El herido fantasma seguía caminando sin reparar en los disparos.
–Hazlo ahora –dijo Burns tirando su arma–, asqueroso hijo de p...
–¡Abajo! –exclamó la voz de Richard.
Schaefer apareció detrás de la máquina, apuntó su enorme arma al motor del aparato una vez que Burns se lanzó pecho tierra. El detective arrojó una lluvia de balas contra el mecanismo. La bestia rugió dispuesta a correr directo a él. En la carrera, al pisar la madera de la cabaña, el piso se rompió.
La extractora de combustible estalló. Una tormenta de metal, chispas y cables incendiándose surcó al aire con violencia, directo al monstruo.
El fantasma se volvió visible cuando el fuego chocó contra su cuerpo.
–Nos volvemos a ver –dijo el detective.
El asesino se deshizo de su mascara, las chispas la habían estropeado. Su piel amarillenta reflejaba la luz del bombillo de la cabaña, aquellos tubos capilares que llegaban hasta sus hombros se sacudieron cuando su rostro estuvo libre. Las mismas malditas mandíbulas babeantes que Schaefer recordaba se abrieron nuevamente frente a él.
Ambas bestias se miraron a los ojos y exclamaron un grito de guerra a la luz de la luna.
¡Hola! ya sé lo que dirán: "de nuevo está escribiendo esta historia pudiendo aprovechar otros universos". Creo que mi admiración por estas franquicias (alien no es excepción), me lleva lejos.
Tengo una historia en revisión, espero publicarla pronto, tal vez al mismo tiempo que 'Scarface Project', en diciembre, pero algo me dice que será entre octubre y la primera semana de noviembre.
Les deseo que tengan un buen día/tarde/noche/tarde-noche. ¡Saludos!
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Tras el Rastro del Cazador | Predator #2
FanfictionDesde asesinatos domésticos, ejecuciones y aquella noche en la que Nueva York se bañó en sangre. El detective Richard Schaefer lo ha visto todo. Ahora, será reclutado contra su voluntad para ser transportado a Alaska, donde una vez más...