El odio no siempre está presente

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Regulus no podía entender como es que después de todo lo ocurrido entre ella y su hermano, lo siguiese defendiendo y exculpándole por lo que hacía. No tenía el más mínimo sentido, y eso le frustraba más que nada. A ver, si tu te peleas con alguien lo último que haces es ponerte de su parte en una pelea. Aunque viéndolo por otra parte, era normal, habían estado juntos. Estaban en la misma casa, compartían gustos parecidos, aunque eran totalmente diferentes; Sirius era más fuerte que Regulus pero no más inteligente. Eso lo sabía todo el mundo. Regulus odiaba eso, tener una gran cantidad de cosas en común con ella y salir juntos porque ella se sentía despechada; pero con Sirius siempre era diferente. Sirius y ella no compartían nada más que la pasión por el Quidditch y las actividades que impliquen riesgo. No por eso debían estar juntos...  ¿Verdad? ¿Verdad? ¿Verdad? ¿Verdad?

- ... así que vas a venir sí o sí.

- Perdona, ¿qué decías? Estaba pensando... -<<... en ti y mi hermano>>, quiso decir. Pero sabía que se arrepentiría nada más soltarlo.

- Que vas a venir a Hogsmeade conmigo y unos cuantos más.

- ¿Quiénes son esos cuantos? -Preguntó el chico más por averiguar que por curiosidad.

- Pues... vendrán Lily -la pelirroja, que hasta el momento se había mantenido un poco aparta de la conversación, de la que Regulus sólo escuchó la última frase, levantó la mano en forma de corroborar que era ella- y James, Remus y Dorcas, Peter y su nueva novia, Sirius... -el ojigris menor no parecía contento con que viniese su hermano, pero tenía que aguantarse por su chica- Prométeme que no te pelearás con él -Regulus se lo pensó un rato, pero después aceptó.

-Vale, iré -entre tanto Lily se había ido y ellos dos estaban solos.

- Si quieres, puedes invitar a algún amigo tuyo... -hizo una pausa mientras pensaba o que había dicho- alguno con el que se puedan llevar bien los Merodeadores.

- ¡Ja!... Bueno vale, veré a ver si alguien quiere venir.

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- Por favor Severus, no quiero ser el único de Slytherin en un grupo de Gryffindor -Severus no es que no quisiese, es que no soportaría ver a Lily con James.

- También van Meadowes y esa que sale con Pettigrew. Ellas no son de Gryffindor -el ojigris menor no sabía si de verdad no quería ir o sólo ponía escusas.

- Mira el lado bueno -el joven de ojos oscuros levantó una ceja a forma de curiosidad y para que Regulus siguiese-, Sirius estará jodido porque tendrá que verme con Abbie. Por favor -Severus negó rotundamente con un gesto de cabeza-. Haré todo lo que me pidas durante tres meses.

Severus aceptó al final, quizás sí terminase divirtiéndose un rato. Si lo pensaba bien, mejor dicho, si se sacaba el cerebro podría encontrar gracioso lo que Potter y su lacayo Black dijeran.

Severus Snape siempre había sido una persona muy callada. No por ser tímido, sino porque prefería guardarse sus cosas para evitar problemas. Con la única persona que no había tenido ningún secreto era con Lily Evans. ¡Oh, la increíble, perfecta, inteligente, amable, sincera, simpática, alegre, divertida, Lily Evans! Ella, la chica a la que amaba desde que era un niño y a la que amaría hasta el final de los tiempos. Cuando él se muriese, la última persona en quien pensaría, sería en ella. Y aunque el estúpido de Potter fuese su novio, no iba a permitir que le hiciese daño. Así que sí, iba a ir con Regulus y los demás.

*·En la puerta de entrada de Hogwarts·*

Sirius Black llevaba un buen rato esperando delante de la puerta, como no llegasen los demás tendrían que ir andando. ¿Tan difícil era ser puntual? El tardaba tres veces más que sus amigos y amigas en arreglarse y siempre llegaba el primero. En ese tiempo que estuvo pensando, Severus Snape había llegado y se paró junto con él en la puerta.

Me engañaste Sirius BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora