La biblioteca, Cartas a Nadie II y el Gran Comedor

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No entendía porque Sirius Black insistía en averiguar su nombre. No había nada de malo en que no se lo supiera, aunque a ella eso le molestase a más no poder. Había avanzado mucho en cuanto a las cartas se trataba. No tenía deberes pues los hacía en su momento, pero no podía aguantar que Sirius Black fuera a todos lados siguiéndola.

- Olvídalo Black, no voy a decirte mi nombre.

- Pero, ¿por qué? -<<¿Que por qué? ¡Que por qué! ¡Porque eres un maldito egocentrista que sólo se da cuenta de las cosas cuando pierde a alguien! ¡Eres un maldito mujeriego que coquetea conmigo porque en siete jodidos años aun no se acuerda de mi nombre! ¡Tu eras la primera razón por la cual me prohíbo tener pareja! ¡Has roto todos los puntos en los que me apoyaba para odiarte!>>, pensó la muchacha.

- Porque sí Black. Cuando consigas aprender que no siempre conseguirás todo lo que quieras, te lo diré. -<<¿Por qué eres tan mala con él?>>, <<No estoy siendo mala con él, estoy siendo amable>>, <<¿Enserio?>>, <<Sí, sólo le estoy diciendo que no va a conseguir lo que quiere tan fácilmente>>, <<Vale... vale, no te creo>>

- ¿En qué piensas pequitas? -<<¿Me ha llamado pequitas?>>, <<¿Qué hay de malo en eso?>>

- Lo primero Black, no me llames pequitas; y lo segundo, lo que esté pensando no es de tu incumbencia - <<Modo borde ON>>, <<Cállate>>, pensó mientras el joven muchacho se sentaba a su lado, en la biblioteca, con la cabeza algo cabizbaja- Estaba pensando en cosas que tengo que hacer.

- ¿Qué cosas?

- Unas Black, unas muy importantes -en ese momento sacó su carpeta donde tenía guardadas las cartas y se decidió a seguir con ello.

- ¿Puedo ver lo que es eso?

- No -el ojigris mayor hizo caso omiso y le quitó la carpeta de las manos.

- A ver..., ¿tiene hechizos? Claro que sí, alguien como tu los pondría... -<<¿Qué quiere decir eso?>>, <<Quiere decir que eres demasiado quisquillosa>>, <<Ya sé lo que quería decir, era una pregunta sin respuesta>>- ... Mmm, a ver que piense... -<<Eso es difícil en él>>, la muchacha intentaba de todas las maneras recuperar su carpeta mientras el muchacho la hacía "sufrir"- ... Specialis Revelio...

- ¡NO! -Fue un milagro que estuvieran en la zona más recóndita de la biblioteca porque, si no, la señora Pince se hubiera puesto como loca por el escándalo que estaban creando. Pues tras el sonoro "¡NO!" de la joven muchacha, se lanzó encima de Sirius para poder coger su carpeta.

Éste se había quedado algo asombrado porque no esperaba tener tan cerca a la muchacha (Sirius estaba tirado con la espalda en el suelo y la muchacha encima de esté sentada sobre su estómago y estirada para poder coger la dichosa carpeta). Sirius no podía pensar claramente porque tenía puestos sus ojos en la camisa de la muchacha que clareaba su sostén de un precioso color verde. Llevaba desabrochado un par de botones y se podían ver claramente sus pechos, se fijó en que llevaba, colgado del cuello, un extraño colgante de un león, un tejón, un águila y una serpiente en miniatura.

- ... Black, ¿me estás escuchando? No, claro que no lo haces, me estabas mirando los pechos.

- Ehm... No, estaba viendo tu colgante. Es muy bonito, ¿cómo lo has conseguido? -La muchacha se extrañó pues hacía tiempo que tenía el colgante y ni se acordaba.

Me engañaste Sirius BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora