Una extraña noticia, Cartas a Nadie y... tú

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Las clases volvieron a la normalidad demasiado pronto, los alumnos continuaron estudiando y haciendo sus deberes. Algunos como los de quinto y séptimo se preparaban para los TIMO (Título Indispensable de Magia Ordinaria) y los ÉXTASIS (Exámenes Terribles de Alta Sabiduría e Invocaciones Secretas) respectivamente. Todo Hogwarts estaba tenso porque se habían infiltrado conversaciones privadas, de muchas personas de diferentes cursos, ya fuera escritas u oralmente, tal era así que Dumbledore había mandado llamar, al Gran Comedor, a todos los alumnos en cuanto supo de ésto. Aquel gran sabio hombre les había convocado media hora antes de la hora de la comida, muchos estaban contentos, otros agobiados porque le restaba tiempo al estudio.

Entró el profesor Dumbledore y con el el resto de los profesores exigiendo una respuesta. El honorable director respondiendo siempre con una afable sonrisa que invitaba a los demás a hacer lo mismo.

- ¡Ésto no está bien Albus! ¡No puedes interrumpir una clase! ¡Los alumnos tienen que volver a...! -Decía la profesora McGonagall.

- Si me permite profesor Dumbledore, creo que no es conveniente que los alumnos pierdan tiempo de clase. Estaba manteniendo una... -El profesor Binns fue interrumpido por otro profesor que también estaba disgustado.

- ¡Al cuerno con eso! ¡Yo estaba teniendo un examen con mis alumnos, ellos deben terminarlo!

- Queridos compañeros: sé que es importante para nuestros alumnos aprender, pero ésto que les comunicaré relajará las jóvenes mentes de sus alumnos para que rindan más en sus estudios y los exámenes.

Llegaron a la tarima donde habitualmente estaba la mesa larga de los profesores e hizo callar los murmullos tanto de los profesores como de los alumnos.

- Muchos de vosotros os preguntareis que hacéis aquí, muchos otros pensaréis que da igual el motivo mientras no tengáis que estar en clase. Sinceramente, yo pensaría lo mismo...

- ¡Albus! -Gritó la profesora McGonagall.

- Minerva, querida, todos los alumnos saben que es broma... -Se giró hacia los alumnos y les guiñó un ojo sin ningún destinatario en particular- ... Como iba diciendo; muchos de ustedes se preguntaran eso, pues yo voy a darles el motivo por el cual están aquí. Ha llegado a mis oídos que una persona, estudiante por supuesto, de éste colegio ha ido escuchando y divulgando conversaciones privadas de muchos otros alumnos...

Un silencio sepulcral se cernió sobre el Gran Comedor, los jóvenes estudiantes, todos y cada uno, fueron dirigiendo miradas de odio y repulsión hacia el, o la, posible estudiante que hubiera podido cometer tal fechoría hacia la moralidad.

- ... No obstante, sé quien lo ha hecho. -Otro silencio sepulcral se hizo notar- No voy a decir el nombre del que ha cometido semejante barbarie... -Gritos por doquier surgieron de los alumnos descontentos que hacían que el profesor Dumbledore no pudiera continuar- ... ¡Sonorus! -Los alumnos, instintivamente, se taparon los oídos- ¡Quietus! Bien, como iba diciendo, sé quien es, pero no diré su nombre. Tras estar varias horas pensando en el castigo de dicha persona, pensé que tal vez, y sólo tal vez, no ha sido tan mala idea que la persona en cuestión revelase dichas conversaciones a todo Hogwarts... -los alumnos, todos y cada uno de ellos, se quedaron boquiabiertos con lo que el profesor Dumbledore acababa de decir, y por consiguiente un tercer silencio sepulcral- ... Pensadlo queridos alumnos; más de una persona, de las que se han visto afectadas por ésto, se ha librado de una gran carga muy pesada y otras muchas, se han enterado de esas cosas sin necesidad alguna de complicarse... -Cuarto silencio sepulcral- ... Todos salen ganando en éste infortunio colectivo, no hay porqué martirizarse.

- Pero, Albus, ¿por qué... ?

- A ello voy, Minerva, querida. Tras pensar en eso, se me ocurrió la idea, para que la persona que cometió esa fechoría no se sintiera satisfecho y se saliese con la suya, de que los alumnos escribiesen una carta, anónimamente claro está o con un seudónimo si así lo prefieren, en la que contasen algo secreto de ellos a un "alguien" que yo mismo decidiré y el cual no revelará su nombre, tan sólo leerá la carta y le responderá. Por supuesto, la voz de la persona será camuflada con hechizos e irá a recibir dichas cartas a mi despacho, todos los fines de semana sin excepción.

Me engañaste Sirius BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora