Capítulo 5 .- "NO PREPARES EQUIPAJE"

121 6 2
                                    

Me encontré caminando entre la vegetación. Una selva tropical muy densa. El calor y la humedad del verano se sentían pegajosos en la piel. Una rama apareció ante mí bloqueando la vereda. Levanté el machete y asesté el golpe. Tenía buen filo, cayó el obstáculo y pasé sobre él. Escuché los truenos que anunciaban la tormenta, cada vez mas frecuentes e intensos. Apresuré el paso. La selva cada vez se hacía mas oscura, por lo tupido de la vegetación y también porque al mirar hacia arriba, solo veía la negrura de lo que parecían nubarrones.
De pronto me pregunté a mi mismo ¿Hacia donde me dirigía? No me supe contestar, pero seguí avanzando. Cada vez con mas frecuencia debía usar el machete para abrirme paso. ¿De donde sacaba la orientación? No lo sé, pero iba con paso seguro.
De pronto escuché una voz femenina:

-¡Valerio! ¡Valerio! ¿Que haces ahí? ¡Por acá!

Al voltear al lado contrario de donde me dirigía vi a Juno que me hacía señas con la mano. Estaba ante un muro de piedra tratando de empujar una gran roca que obstruía el paso. Los músculos de sus piernas, caderas y torso se pudieron ver tensos a través de su ropa por el esfuerzo que hizo con el siguiente empujón.
Me quedé paralizado por la visión. Entre asombrado por la situación y extasiado por la belleza salvaje de la chica. Su ropa ajustada me permitía apreciar su exhuberante anatomía posterior. ¡Y su cabellera indómita le confería el perfecto toque final, la cereza del pastel! Volvió a voltear hacia mí después de otro intento inútil por mover la roca.

-¡Valerio! ¡Valerio! ¿Que haces ahí?

-¡Valerio! ¡Dr. Valerio! ¿Que haces ahí?

Escuché el ruido de algo que chocaba contra la piedra... como llamando a una puerta.

-¡Valerio! ¡Dr. Valerio!

¡Sigo sin entender!  ¿Porque me dice doctor? ¿Me estoy volviendo loco? Me froto los ojos con la mano izquierda. Una y otra vez. Una y otra vez. ¿Ella me llama?
La siguiente vez que  abro los ojos, estoy sentado frente al volante del auto, tratando de despertar... está amaneciendo. Froto mis ojos con la mano. Frente al vidrio de la ventanilla la silueta regordeta de doña Chuy está golpeando el cristal con los nudillos y llamándome:

-¡Valerio! ¡Dr. Valerio! ¿Que hace ahí?

La miro... debo de tener unos ojos de perro callejero que la hacen mover la cabeza a los lados. Abro un poco la ventanilla.

-¡Doctor! ¡¡¡De verdad anda muy mal!!!. ¿Pasó todo este tiempo ahí? Venga, ya voy a abrir el comedor. Ya va a amanecer. Le preparo un café.

-¿Ya va a amanecer? ¡Tengo que ir al hospital!

-¡Que hospital ni que nada! ¡Imagínese como cree que va a poder atender a algún enfermo así! Si lo ven lo van a dejar ahí... ¡Pero internado!

Un atisbo de razón entra en mi cabeza... creo que debo hacerle caso.

-Está bien doña Chuy

Abro la puerta. Salgo. Estoy realmente entumido. En la mano derecha tengo... ¡Un machete!!!
Al darme cuenta lo suelto y cae al piso haciendo un ruido metálico como gritándome: -¡Sí, Soy un machete!

Doña Chuy y yo nos miramos sorprendidos.

-Doctor. ¿De donde sacó eso? ¿Que pensaba hacer? ¡Dios mío! ¡Está peor de lo que creí!

-¡Nnno...no sé! ¡Le juro que no lo sé! Yyy...yo no... ¡No lo sé! Estoy... ¡No sé que me pasa doña Chuy! No sé que me pasa... Tengo esas... visiones. ¡Sueño! La veo en sueños. Pero... eso del machete... no puede ser... anoche lo traía... pero en el sueño.

Me agaché a levantar el machete y lo aventé al asiento posterior del carro como si me quemara la mano y cerré la puerta.

-Vámonos doña Chuy.-

LA INFRUCTUOSA BÚSQUEDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora