Se veía un tanto cómica con la cara llena de pulpa de mango. eran mangos muy grandes así que no podíamos evitar mancharnos al morderlos. Estaban muy dulces. Los estábamos disfrutando mucho.
-Oye Juno... -dije con cierto temor-. ¿Si te das cuenta de que... tus reacciones son un tanto... inapropiadas? Quiero decir... creo que necesitas ayuda. No estás nada bien.
-Sí, doctor Valerio... ¿Me puede usted decir donde está por aquí la unidad de salud mental mas cercana? -me contestó con una sonrisa sarcástica.
-A ver espérame Juno, dije volteando a ver una escala imaginaria en el tronco de un árbol. Quiero ver cuánto marca el "sarcasmómetro" con tu respuesta... mmmhh, apenas un siete, no fue mucho.
-¡Eres un capullo!
-¡No te entiendo y me vale!
Siguió comiendo un tanto seria y viendo hacia el horizonte. Después de unos segundos de silencio volteó hacia mí y me dijo:
-Sí estoy consciente de lo que me pasa.
Dejé pasar unos segundos.
-Me lo imaginaba. Ya sé que eres una mujer muy lista.
-Te juro que trato de controlarme, pero llega un momento en que no lo pienso y es cuando la situación se me sale de control. Cuando me pasa la crisis, reflexiono y... pienso en disculparme.
-¿Y?...
-Ya sé... ¿Queréis que te lo diga, verdad?
-Sería un buen ejercicio para tí y tu ego hipertrófico.
-¡Ash! ... ¡Odioso! ¡Y tan solo porque he prometido no decirte groserías!
-¡Pero lo pensaste!, ¡Cuenta como insulto!
-¡Ni de coña!
-¡Eso es otro insulto!
-¡Claro que no!
-Debería de cobrarte una multa por cada insulto.
-¡Podéis anotarlas!
-Tal vez lo haga.
-Vale -y se encogió de hombros volteándose de lado.
Hubo otros segundos de silencio, pero esta vez el ambiente sí se sentía mas como un juego infantil que a un pleito de verdad. Yo trataba de contener una sonrisa divertida y veía que ella hacía lo mismo. De pronto suspiró e hizo un gesto mas serio. Se giró lentamente hacia mí.
-Lo siento, de verdad lo siento. Tu... hasta me habéis traído mangos... no te mereces que te trate así. Discúlpame.
-No hay problema. Yo entiendo, ojalá y pronto te puedas sentir mejor. Mira, yo también me he sentido muy mal por lo que me pasó con Alejandra, pero creo que lo tuyo es mucho más fuerte. Eso deja algo postraumático que a veces persiste por mucho tiempo. Aunque, no me lo tomes a mal, pero, en estos días que hemos pasado juntos me he dado cuenta de que además tienes otro problema de fondo. Eres... digamos que demasiado impulsiva.
- Tienes razón, desde niña me ha costado mucho esfuerzo controlarme. Mi mala experiencia tal vez solo fue un detonante.
-Vino a agravar algo que ya existía. ¿Verdad?. Prométeme una cosa. Cuando salgamos de aquí buscarás ayuda... ¿Sí? Te lo digo preocupado en serio.
-Te lo agradezco. Y te diré algo, te lo prometo a ti y me lo prometeré a mi misma. Ahora solo falta que podamos salir de aquí.
-Pues si... ¿A ver cuéntame, que tanto has explorado?
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LA INFRUCTUOSA BÚSQUEDA
RomanceCuando Valerio separó con delicadeza los desnudos muslos de Alejandra, acariciando su blanca y suave piel que tanto lo excitaba, cuando fue acercando su ansiosa boca a esa vulva en llamas esperando percibir de nuevo ese sabor y esa textura que lo h...