- Si pasa... Tengo que decirte algo...- Dijo mi madre con un rostro serio, poco conocido en ella. Solo la recuerdo asi una vez, y fue cuando el mejor amigo de mi padre vino a declararse a ella. Obviamente dijo que no, yo también lo hubiera hecho.
- Claro mamá, dime de qué se trata.- Respondo poniendo una de mis manos en una de las suyas.- ¿Tiene que ver con esto que he visto ésta mañana? Porque cuando me acosté ésto no estaba.- Pregunté enseñándole la marca que ví en el espejo hace unos escasos minutos, a lo que ella asintió.
- Sabia que te enterarias. Eso te lo hice anoche por una razón. Pero todo tiene una explicación. Verás...- Empezó a hablar hasta que se vió interrumpida porque llamaron a la puerta y me miró con su cara pálida.- Debes irte a clase. Ya hablaremos de todo esto, Jake.
- Mamá dímelo ya, por favor.- Respondo cogiendo mi mochila y acto seguido la miro atentamente, a ver si me decia algo de eso que teníamos que hablar.
- ¡No! ¡Vete ya!- Exclamó ella con fuerza. Parecía enfadada, asi que asentí y salí por el jardín, por donde mi madre me indicó y me dirigí hacia el instituto.
Mientras caminaba, seguía pensando en que tendría que decirme, y qué tenia que ver el tatuaje de mi brazo en todo esto. No entendía nada de lo que le pasaba desde hace unos dias desde que empecé a tener calor. Esperaba que alguien me lo explicara pronto.
Una vez en el centro, llego a clase y veo algo realmente raro. El chico del dia anterior, sentado en mi mesa mientras mira su móvil como si no supiera donde estaba, así que me acerco a él y le miro.
- No puedes estar aquí.- Me limite a decir antes de sentarme en la silla sin dejar de mirar al joven rubio.
- Puedo ir donde me de la gana.- Me respondió el mirandome a los ojos como si me estuviera perdonando la vida con su mirada.
- Aquí no, así que lárgate si no quieres que te saquemos entre todos.- Afirme al chico tirándole de la mesa, a lo que el se acerca a mí.
- Nadie más me ve, sólo tú, asi que sería una tontería.- Susurro en mi oido.
Eso me dejó un poco extrañado. ¿Cómo era posible que nadie más lo viera salvo yo? Me estaría tomando el pelo, asi que pregunté en voz alta sobre el joven, quedando en ridículo delante de todos porque no lo veían.
- ¿Ves? No me ven, todos menos tú.- Dijo el joven acercando su rostro al mío.- Y no me iré de aquí hasta que sepa por que me ves.
- Porque puedo verte. A lo mejor todo esto sólo es producto de mi imaginación.- Murmure encogiéndome de hombros delante del chico, aunque sabía que con mi actitud podria matarme en menos de un minuto.
- Créeme, soy tan real como tú.- afirmó el rubio sentándose en el sitio de al lado, que siempre estaba vacío y me mira.- Pues como no me dices nada, me quedaré aqui hasta saber el por qué.
Antes de poder contestar, el profesor entró por la puerta y ordenó callar a todos mis compañeros. La clase había comenzado. Asi que saqué mis apuntes y mi estuche, con la nueva pluma que me regaló mi madre.
- ¿De dónde has sacado eso?- Preguntó muy frío el joven, cogiendo mi regalo y observándolo con todo lujo de detalles.
- Es un regalo. Me la regaló mi madre ayer por mi cumpleaños.- Respondí quitándole el objeto en cuestión y lo dejo en el estuche, lo que provocó la reacción del rubio.
- Eso no se guarda ahi, ¡Estúpido!- Exclamó enfadado, a lo que yo la saqué y me la guardé en el bolsillo en silencio y acto seguido sigo tomando notas sobre la clase.
Mientras yo tomaba notas, el joven rarito seguía en su sitio hasta que, por aburrimiento, se levanta y empieza a pasearse por la clase, mirando todos los cuadernos y sus apuntes. Era todo un cotilla. Sin embargo, al llegar a la ventana, el rostro se le torna serio y pálido, como si hubiera visto un fantasma... A lo mejor se vió su reflejo.

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Pulsiones
WerewolfUna pulsión es un término que se utiliza en psicoanálisis para designar aquel tipo de impulso psíquico característico de los sujetos de la especie humana que tiene su fuente en una excitación interna y que se dirige a un único fin preciso: suprimir...