El Libro de Confesiones de la Señora Starr (PAUSADA)

#50 Aniversario De Boda

Anoche tuve una de las mejores noches de mi vida. Cuando llegamos al hotel pensé que Ringo solamente querría llegar a nuestra habitación y dormir, pero no, realmente tenía algo preparado para mí.

Cuando crucé la puerta, vi la sorpresa que me tenía.

La habitación estaba iluminada solamente por la cálida luz de las velas, que también arrojaban un dulce aroma a canela y a manzana. La cama estaba llena de pétalos rojos y en el centro estaba escrita la frase: "Je t'aime" con pétalos blancos.

De inmediato me giré hacia Ringo y me lancé a sus brazos, besándolo muchas veces.

—¿Te gustó?— Me preguntó sonriendo.

—¡Me encantó, mi amor, me encantó!— Le dije mientras volvía a besarlo. —¡Muchas gracias! ¡Es hermoso! Te amo mucho, mi vida.

—No es nada, linda. Y yo te amo mucho más, corazón— Tomó mi rostro entre sus manos y depositó un tierno beso en mis labios. —A los dos— Dijo y se agachó para besar mi barriga.

Luego de dejar nuestro equipaje en su lugar, decidimos tomar un baño juntos y en cuanto terminamos, nos lanzamos a la cama e hicimos el amor como si estuviéramos en nuestra segunda luna de miel. Realmente así era.

Y hoy, 14 de septiembre, a un año de nuestra boda, quisiera recordar algunas cosas como cuando Ringo me pidió matrimonio y cómo fue, también por todo lo que tuvimos que pasar hasta el gran día de la boda.

Recuerdo que llevábamos casi cuatro meses saliendo cuando Ringo me dijo que quería que me fuera a vivir con él.

A mis padres no les agradaba mucho Ringo, sobretodo a mi padre; decía que Ringo no era el hombre que él hubiese querido para mí, que él era un hombre con el que jamás podría formar una familia, que me iba a hacer sufrir, entre otras cosas más.

A mí jamás me importó lo que él dijera, yo estaba demasiado enamorada de Ringo y nada ni nadie me iba a impedir estar con él.

"17 de Agosto, 1963"

—¿Estás seguro de que este es el momento?— Le preguntaba a Ringo, muy nerviosa.

Estábamos en mi casa, en una cena familiar. Sólo nos encontrábamos mamá, papá, mi hermana, Ringo y yo.

—Sí, es el momento exacto; yo hablaré con tus padres. No estés nerviosa, amor.— Me besó y salimos de la cocina tomados de la mano.

Llegamos a la sala, mi padre estaba sentado en un sillón leyendo el periódico. Aún la cena no estaba lista, así que eso era lo que más le gustaba hacer antes de cenar; leía el periódico para luego después en la cena contarnos todo lo que leyó; yo odiaba eso.

—Disculpe, señor Grant— Dijo Ringo con mucha valentía. Yo me escondía detrás de él, aferrada a su brazo porque tenía mucho miedo; mi padre era muy serio y cada vez que querías decirle algo, te miraba seriamente como si te estuviera desafiando. Bueno, aún sigue siendo igual y me aterra su manera de ser, no sé por qué es así.

Mi padre bajó el periódico y miró a Ringo.

—¿Sí, muchacho?— Dijo con su típica voz, esa voz seria y grave que me aterraba tanto y que me hacía temblar de miedo.

—Necesito hablar con usted...

—Adelante, habla.— Dejó el periódico en la mesita de centro y dirigió la mirada hacia mí —Brenda, ¿qué haces escondida detrás de él?

—¿Ah?— Salí detrás de Ringo —Yo... bueno— Reí tímidamente —Eh... nada, sólo estaba... detrás de él— No sabía qué decir; era un desastre.