#19 Relatando Lo Sucedido

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Ahora me siento un poco mejor, ¡Pero con una resaca horrible! ¡No volveré a beber nunca más!

Lo que paso fue que después de que llegué del club a casa, me encontré con tres personas furiosas esperando en la sala: Mamá, Papá y Ringo.

Yo llegué de lo más feliz, hasta casi me caí al suelo al abrir la puerta, venía tan borracha y drogada, fue mi primera vez probando hierba, un chico en el club me dio a probar y bueno yo acepté, jeje. Entonces, cuando cerré la puerta y volteé, noté que los tres estaban allí, observandome seriamente.

—¡Estas son hor...— Ringo fue interrumpido por mi padre.

—Cállate. ¡Brenda Sophia Grant, estas son horas de llegar?! ¡Más encima vienes ebria!— Exclamó, estaba furioso.

—¿Ah?— Comencé a reír. —¿Ebria yo?, yo no-no estoy... e-bria— Se me escapó un hipo y volví a reír.

—¡Brenda, basta de juegos! Mirate en el estado que vienes. ¡Eres una mujer casada, no puedes comportarte como una inmadura!— Ahora habló mi madre.

—Por eso, soy casada y puedo hacer lo que yo quiera, ya no vivo con ustedes, ¡Y no soy una inmadura!— Repliqué. —Ringo, amor mio ¿Me extrañaste?— Fui a abrazarlo pero me miró con disgusto. —¿Ya no amas a tu esposa?, ¡Tienes a otra!, ¡Lo sabía, por eso te quitaste el anillo de boda!— Le dije gritando mientras lo agarraba de los brazos.

—¡Eso no es cierto!— Replicó Ringo mientras mi padre le dirigía una mirada asesina. —Y sí, te amo pero estas borracha y no me avisaste a donde ibas, estuve muy preocupado toda la noche, ¡Debiste avisarme!—

—¡Ja, y tu debiste avisarme que no te gustaba mi comida!— Mi voz comenzó a quebrarse. —Ya no me amas... ¡Porque soy una inútil, lo sé, es por eso pero lo intenté!— Rompí en llanto.

—Cariño, no, no lo eres. Perdóname, yo no quise. Ya, ven aquí.— Me extendió sus brazos para abrazarme pero en ese instante cuando me acercaba a él, le vomité encima.

—¡Agh!— Ringo hizo un gesto de asco.

—¡Brenda!— Mis padres exclamaron al unísono.

—¡Ay, lo siento, lo siento mucho!— Dije apenada, luego me eche a reír al ver la cara de Ringo.

—¡Sube a tu cuarto y date una ducha para que se te quite lo borracha que estas!— Me gritó mi padre.

—¿Vamos, amor?, y nos duchamos juntos— Miré coqueta a Ringo y lo agarré del brazo.

—¡Sueltame, Brenda!— Se soltó de mí y se dirigió hacia las escaleras para ir al baño a limpiarse.

—¡Esperame, amore mio, vita mia!— Fui corriendo tras él.

Y ahora aquí estoy, sola y arrepentida, Ringo no me habla y bueno, eso me lo merezco por ser una idiota. Ni se molestó en cuestionarme, además durmió en el sofá, no quiso dormir conmigo, eso me pone muy triste. Ringo en estos momentos está ensayando con los chicos, no sé a que hora llegará, necesito hablar con él porque no aguanto esta tensión, este silencio que hay entre nosotros, ¡Me mata! No lo soporto, odio tener que estar así con alguien y más si vivo con ese alguien.

¡Bueno, me despido, que tengan un lindo día, adiós!


-Brenda Starkey

El Libro de Confesiones de la Señora Starr (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora