El Libro de Confesiones de la Señora Starr (PAUSADA)

#38 Fiesta De Cumpleaños

La fiesta fue WOW, no sabría cómo describirla, pero excepto por algo en especial.

Les cuento todo lo que pasó.

Había acordado con John para que invitara a Ringo a su casa por 2 horas, así yo podría preparar todo tranquilamente para la fiesta.

Me alisté, me decidí por un vestido ajustado de color azul rey y unos tacones negros, luego arreglé mi cabello y me maquillé. Estaba nerviosa, sólo faltaban 10 minutos.

Tocaron el timbre y bajé a abrir la puerta; era Paul y Alinne, luego de un par de minutos llegaron George y Deby. Al momento en el que les abrí la puerta a éstos últimos, George me quedó mirando de arriba abajo, y yo lo quedé mirando igual. ¡Demonios, se veía tan jodidamente guapo! (¡Brenda, ya cállate!) Okay...

Ya había llegado la hora, todos los invitados se encontraban en su posición, yo apagué las luces y esperamos; Ringo llegaría en un par de minutos junto a John y Lucy.

—¿Y si mejor alguien se pone detrás de la puerta y asusta a Ringo?— Dijo LucyBeatlemaniaca, una amiga nuestra.

—¡Sí, sería buena idea!, yo lo asusto— Respondió Tom. Él es un primo mío.

—¡Ya cállense que nadie va a asustar a nadie!— Dije divertida.

—Pero, ¿no crees que igual se asustará cuando encienda la luz y le gritemos: ¡Feliz Cumpleaños!?— Me preguntó LenaKlooHarrison

—Ehm... sí, pero no es lo mismo que asustarlo poniéndose detrás de la puerta— Respondí riendo.

—¿Y si le lanzamos una cubeta de agua?— Ahora habló George, diciéndolo con tono malicioso.

—¡Ay, George, no! ¿Por qué tan malvados todos ustedes con mi Ringo?— Reí.

En eso escuchamos unas voces, ¡ERAN ELLOS!.

—Shhh... ¡cállese todo el mundo, que allí viene!— Dije y me agaché escondiéndome detrás del sofá.

Cuando abrieron la puerta y encendieron la luz, todos gritamos: ¡Feliz Cumpleaños, Ringo!

Ringo quedó sorprendido.

—¡Oh, una fiesta sorpresa! ¡Muchas gracias a todos! ¡Son geniales!— Luego se quedó mirándome con los ojos entrecerrados y se acercó a mí. —¡Sabía que tenías algo planeado, amor, por eso John me invitó a su casa!— Rió y me besó.

—¡Sí!— Me eché a reír. —Gracias, John y Lucy, les debo una.

—¡De nada! Cuando quieras, nena.— Dijo John y me guiñó un ojo. Lucy le dio un codazo y todos nos echamos a reír.

La fiesta iba de lo mejor, Ringo y yo no parabamos de bailar, todos compartíamos un grato momento. En eso que estábamos bailando, Ringo se detuvo y me ofreció una copa de champán, yo lo quedé mirando y decidí aceptarla, pero no bebí; entonces pensé que ya era el momento de darle la verdadera sorpresa que le tenía planeada.

Tomé una cuchara de té de la mesa e hice sonar la copa.

—Un minuto por favor— Dije y todos se me quedaron mirando atentamente. —John, podrías bajarle a la música, por favor... gracias.

Me giré y le guiñé un ojo a Tom, él sabía que debía hacer, y de inmediato fue a buscar un regalo que le tenía yo a Ringo.

—Richard, amor mío...— Le tomé la mano —Quería decirte que este será el último año que pasaremos juntos los dos solos...

—¿Qué? ¿Por qué?— Me miró confundido y preocupado.

Le hice una seña a Tom, y éste dejó el regalo, que era una caja más o menos grande, en frente de Ringo.

—Abrelo— Le ordene a Ringo con una amplia sonrisa.

Ringo quitó el envoltorio del regalo y abrió la caja, miró confundido a lo que había dentro de ella y luego dirigió su mirada hacía mí; no entendía de que se trataba aquel regalo. El regalo consistía en una mini batería, una como para un niño pequeño.

—Estoy embarazada— Sonreí encongiéndome de hombros.

Ringo quedó boquiabierto, su expresión era inexplicable; rápidamente se reincorporó y me abrazó.

En ese mismo instante sentí una mirada en especial sobre mí, era la de George.

—Yo... ¡Disculpen, con permiso!— Dijo George empujando hacia un lado a los demás, y salió corriendo mientras se cubría la boca con una mano. Creo que iba a vomitar.

Todos nos quedamos en silencio, atónitos ante su comportamiento.

—No se ha sentido bien estos días, ha estado extraño, le he dicho que vaya a ver a un doctor, pero no me hace caso— Dijo Deby cruzándose de brazos.

Luego de lo que dijo Deby pensé: -¿Por qué George actuó así cuando anuncié mi embarazo? ¿Qué sucede aquí? No será que él es padre de... no, no puede ser posible-

Había oído hablar de los síntomas de embarazo en hombres, que a ellos también les dan a veces cuando la mujer está esperando un bebé suyo, pero no creía en nada de eso. ¡¿Cómo un hombre podría tener náuseas, vómitos, antojos y los mismos malestares que una mujer?!. El bebé que estoy esperando es de Ringo, yo lo sé, estoy segura de eso. Aparte que después de que nos acostamos George y yo, me llegó el período, así que es imposible que sea de él.

El lunes iré con el doctor de nuevo, me dirá cuántas semanas tengo de embarazo y cuándo nacerá el bebé.

Pero... pensándolo bien, igual tengo miedo.

-Brenda Starkey