Pasa un día, dos, tres. Una semana ya arrasó con el tiempo.
Sin darme cuenta me encontraba igual que hace un mes. Perdida en un laberinto sin una salida.
Cada día un reto.
Intentar vivir.
Ya que sobrevivir lo hago mientras me alimento y intento no morir en el intento.
Vivir no tiene que ver nada con sobrevivir.
Tan solo que empiezas a vivir cuando el sobrevivir no forma parte del plan inicial.
Crear un agujero en el laberinto para tomar otro rumbo.
Pero de nuevo tras los años, perdiendo el sentido de la orientación.
Al encontrar de nuevo la bandera de salida.
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Mis Delirios Nocturnos
Short Story« La mente de una escritora es curiosa de por si. Pero más curiosa es cuando además de gustarle escribir historias, ama inventar muchas diferentes tanto de drama como de amor, de desamor o simples cuentos sin moraleja. » Historia con todos los der...