Bloodstream

21 1 0
                                    

Se que acabé aquí por no saber cuidarme a mi misma. Pero no me lamento de nada de lo que siento. No lamento nada que hice y nada de lo que haré.

Lamentaré por no ser yo, mientras sea yo quien elija no me importa cometer lo que los demás llamarían errores.

– Deberías buscar algo para comer no compre nada.

Le miré, abriendo la puerta que nos separaba. Era un antro de muerte, el baño estaba mal cuidado y lo único más decente era la cama que chirriaba un poco al sentarte en ella. Miraba su cuerpo como sus musculos querían salir sobre su piel mostrando un poco. Mientras sus ojos marrones se clavaban en los míos, acicalando su cabello.

– ¿Quieres bañarte? –Sonreí sin apartar mi mirada de el. No pensaba echarme atrás de nuevo. No con él.

– Te quiero a tí. –Se quedó por unos instantes sorprendido, hasta que tome su cara deslizando mis dedos hacia su nuca, alzando mis pies sobre el suelo rozando tan solo la punta de mis pies con el suelo, atrayendo su cara a la mia.

Siendo mas concretos sus labios.

– Acabas de dejar una relación no es lo correcto Jenn. –Sus ojos brillaban pero su voz era sería y ronca.

– Que le acabe de dejar no influye en nosotros.

–Claro que influye.

– Te amo Nath.

Sus ojos se cristalizaron en menos de un segundo.

– Y también te deseo, más de lo que puedo imaginar. Más de lo que nunca he deseado a nadie. – Pasaba mi mano por su mejilla, pasando a su barba de dos días, deslizándose por su clavícula bajando por su torso notando como se contraía. – Y creo que tu sientes algo similar.

– Jamás podrías hacerte una idea, preciosa.

Sus palabras acabaron la conversación. Pasamos a otro lenguaje más corporal con solo jadeos como acompañamiento y gemidos como percusión inicial, un olor a champú barato. Una cama chirriante y el mejor amante que pasaría a ser el amor de mi vida.

Mis Delirios NocturnosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora