-El tener todo al alcance de mi mano. Es agotador y totalmente aburrido.
-¿Porque?
-No me esfuerzo para conseguir nada. Siquiera lo que llaman amor.
-¿Consigue amor?
-No se lo que es.
-No lo sabes.-La pequeña chica de cabellos morenos le miro incrédula.
-No, ¿Acaso es malo no saberlo? -El pequeño castaño se alarmó un poco al ver la reacción de la ojiverde.
-Todo el mundo debería saber que es el amor. Incluso tu, Alf.
-¿Qué tengo que hacer?
-Tienes que darle la mano a una chica. Si sientes algo es amor y si no. Es que te has ido a la otra acera.
-¿A la otra acera? Si estamos en una casa. -El ojiazul miro a la chica y a su alrededor. Ambos rodeados de muebles de cocina por todos lados. Que llegaban si echaban sus brazos arriba.
-No sé, eso es lo que dice mi mamá. -Se encogió de hombros. Tomando la mano del chico. -¿Sientes algo?
- Siento un cosquilleo.
-¿Si?
Al mirar su mano soltó un grito el chico. Saltando de ahí mirando el pequeño insecto que la morena con cabello rizado puso entre sus manos corrientemente triunfante.
-¡Eres mala!
-Y tu no se como eres un chico y te aterran los bichos. Son divertidos.
-Son sucios.
-Te enamoraste de un ciempiés.
-No, me hizo cosquillas con sus patas.
-Alf y ciempiés juntos para siempre.
La chica con cabellera rizada y morena daba brincos dentro de la pequeña habitación en la cual se reunían cada día.
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Mis Delirios Nocturnos
Short Story« La mente de una escritora es curiosa de por si. Pero más curiosa es cuando además de gustarle escribir historias, ama inventar muchas diferentes tanto de drama como de amor, de desamor o simples cuentos sin moraleja. » Historia con todos los der...