A dos bandas

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-Sabes que no puedes permanecer a dos bandas tio. Alguna de las dos se dará cuenta quieras o no.

-Yo les advertí. Que cayeran presa de mi encanto no es mi culpa.

Su actitud narcisista salió a flote como casi siempre. Mostrando unos ojos brillantes azules.

-Asi, Ray. Solo lograras que te odien. -Si amigo, con su pelo castaño y alborotado le advirtió mirándolo con advertencia.

-Mientras disfrutaré de las dos. De forma alternativa y totalmente activa. Para no desperdiciar lo que han hecho. -Sonrió mirando a su amigo. Colocándose la camiseta, terminando de vestirse finalmente.

Lo dicho lo cumplió. Un día una otro día la otra chica. Se tornaba para darles amor del cual más era mentira que verdad.

-¿Me amas? -La morena sonreía mientras se dejaba su vida y piel solo para el.

-Mas que a nadie en este mundo. Mi querida amada. -Añadió como punto final depositando un fogoso beso entre sus labios y la chica.

Eso hizo que sus siguientes palabras solo fueran monosílabos.

-Ray, esto... Estaba deseándolo por tanto tiempo -La pelirroja rodeo su cuello soneiente, creyendo cada cosa que le dijo y le diría.

-Y yo, te he deseado por tanto tiempo... Que notaba que jamás lograría lo que más deseo. -Hizo una pausa colocándola en la encimera de madera. -A tí.

-Todos decían que no debía estar contigo. Pero después de todo, la gente miente. Pero se que puedo confiar en ti.

-Claro, por que yo te amo. -Termino de decir en un suspiro acercándose más y más a ella. Cerrando su distancia rápidamente.

Todo fue rosas y paseos al sol. Disfrutando de las vistas y los sentidos.

Hasta que el juego a dos bandas paso a ser la guerra de las cruzadas. Entre dos mejores amigas y un narcisista que sabe mentir demasiado bien.

Mis Delirios NocturnosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora