Se que tres son multitud

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Las amaba. Las amaba a mi manera.

Una manera como otra cualquiera.

Era armoniosa la forma en la que las desfilaba del sofá a la cama.

Disfrutaba del tacto de mi mano contra su piel, de la lisa y rosada piel que albergaba en ella.

También disfrutaba del tacto de mi otro amor. Sus manos eran suaves y experimentadas sin lugar al cual no disfrutara. Era una perfecta música sabiendo que tecla tocar y a que tempo hacerlo.

Amaba a mis dos amantes.

Se que tres son multitud.

Pero solo somos uno.

Saben algo, se lo noto cuando les hablo.

Ellas saben que las amo, pero no tengo reparo.

Me aman por ello y odian.

Pero no puedo evitar amar sin límites.

Mis Delirios NocturnosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora