➙ Miembro de Fairy Tail.

2.5K 221 35
                                    

Paz y calma era lo que sentía en aquel momento, alejada de los problemas; un silencio tranquilizante me rodeaba, podía sentir apenas el frío viento chocando con mi piel, de lo demás estaba totalmente desconectada. Era una sensación placentera y a la vez extraña, aunque sabía que era una simple burbuja temporal me sentía protegida, lejos de responsabilidades y deberes; sin carga en los hombros. Inhalé y respiré profundo antes de abrir los ojos lentamente.

Mis instintos no fallaron al sentir una presencia frente a mí.

—¿Qué deseas? —pregunté con tono suave, no tenía ganas de empezar una batalla desde tan temprano, me encontraba cansada y algo hambrienta. ¿Hace cuánto no comía nada?

—¿Quién eres y que buscas tras Fairy Tail? —reí sin ánimos.

—Me duele que aún no sepas quién soy. Y sinceramente, no busco nada tras Fairy Tail —mentí.

—En estos 3 días de juegos mágicos no has dejado de observarnos y estudiarnos silenciosamente, y eso sin mencionar que te infiltraste entre nosotros la noche del primer día, ocultaste tu poder y te volviste invisible, pero olvidaste que Fairy Tail cuenta con 4 Dragón Slayeers que pudieron sentir tu olor —volví a reírme, pero esta vez con ganas. Al parecer el cansancio y el hambre me estaba debilitando al tal punto de olvidar detalles tan importantes.

—Vaya, al parecer sí que fui descuidada —me paré del césped y quitando todo rastro de emoción miré a los ojos a Mavis. Verde contra gris, gris contra verde, ninguna de las dos daba a torcer, sabíamos que apartar la mirada era signo de rendición.

—No estoy en contra de Fairy Tail, al contrario, sólo trato de protegerlos. Mavis Vermelion, ¿cierto?

—Sí y no entiendo a qué punto quieres llegar, ¿proteger Fairy Tail? ¿De qué?

—Cuando llegue el momento exacto te lo contaré todo, hasta entonces no puedo decir mucho; pero tu gremio será el protagonista principal en la guerra que se aproxima. Fairy Tail es la victima de un juego en el cual las fichas ya empezaron a moverse. Sólo quiero prepararlos para cuando todo salga a la luz, o el lazo que te has empeñado en construir será destruido. Y tú y yo sabemos que sólo existe una fuerza con el poder de romperlo.

Pude ver claramente como Mavis se tensó, y por el rabillo del ojo noté que su compostura era rígida. No era tonta, sabía que la única fuerza de romper esos lazos eran ellos mismo.

—¿Cómo sé que no me estás mintiendo? —trató de recomponer la compostura. Suspiré y cerré los ojos por breves segundos antes de abrirlos, sintiendo claramente como estos ya no eran de color gris. Mavis me miró sorprendida.

—Creo que no me presenté correctamente. —Hice una pequeña reverencia antes de añadir—: Soy Lucy Heartfilia, hija de Layla Heartfilia.

Los ojos de Mavis se agradaron y por su mirada pasaron distintas emociones: alegría, sorpresa, nostalgia, razonamiento, y muchas más que no pude descifrar.

—Ahora entiendo porque te parecías tanto a ella, pero sobretodo, más a él. Conectando los cables algunas cosas me empiezan a cuadrar. Te creeré sólo por el mero hecho de que eres hija de mi discipula, pero tengo una condición.

Volví a cerrar los ojos, y cambié el color de mis ojos a su gris feroz antes de mirar a Mavis para que prosiguiera. Sabía que lo siguiente a decir me haría enojar, y estaría en desacuerdo.

»Te unirás a Fairy Tail —sonrío como si nada. La miré sorprendida y antes de poder negarme siguió hablando—, no acepto un no como respuesta, ya está decidido. Mira tu mano.

Miré mi mano y abrí los ojos como platos al ver la marca de Fairy Tail de color rosa pálido. Llevé mi mirada hasta Mavis, quien me miraba en completa inocencia. Ella al ver mi cara de pocos amigos empezó a retroceder mientras yo avanzaba y liberaba parte de mi poder, provocando un gran temblor de tierra y que el viento tomara forma furiosa, alborotando mi pelo. Y sin más desapareció.

—¡Mavis! —sin medir consecuencias y en acto de impulso empecé a correr hacia Fairy Tail.

"Cuando todo esto acabe te daré la libertad que deseas, te lo prometo."

Ignoré aquella voz y seguí corriendo hasta llegar al gremio, donde de una patada abrí la puerta.

—¡Bienvenida a Fairy Tail! —gritaron todos los integrantes, lanzándose a abrazarme, como si llevasen años esperándome. Saliendo del shock empecé a golpearlos uno por uno -obviamente midiendo la fuerza-, lanzándolos lejos de mí.

—Uno: No me he unido a su gremio —empecé a enumerar tratando de mantener mi cordura—, Dos: ¡No se atrevan a volver a tocarme! Tres: ¿Dónde está Mavis? Quiero que me quite esta cosa de la mano.

—Estoy aquí, y lo siento; pero una de las reglas de Fairy Tail es que cuando te unes debes permanecer en este 1 año como mínimo; y sin más me despedido, tengo cosas que hacer, ¡Suerte, Lucy!

Me quedé con la palabra en la boca y sin poder mover un solo músculo de mi cuerpo. Empecé a sentir como me salía un tick nervioso en el ojo derecho.

—Bien mocosos, ahora que queda confirmado que tenemos una nueva compañera, ¡Fiesta! —gritó Makarov desde la barra. Y sin más todos, ignorándome empezaron a beber y celebrar como si no hubiese mañana.

"Tranquilízate Lucy, te hará bien algo de compañía, ¿no crees?"

Gruñí en mi interior y recuperando el control de mi cuerpo me tranquilicé, ignorando a todos y tratando de salir del ambiente ruidoso subí al segundo piso, donde había un pequeño loft; sin pensarlo dos veces me tiré en el mueble más grande. Llevé mi mano a la altura de mis ojos.

"Así que ahora maga de Fairy Tail..."

"Al parecer sí, ¿quién lo diría? Yo, Lucy Heartfilia, miembro de un gremio."

"Fairy Tail es raro pero leal, Lucy. Esta es una oportunidad para hacer las cosas bien y con gente a tu alrededor."

—¡Oye tú! —una voz algo ronca me sacó de mis pensamientos, levanté mitad del cuerpo, quedando sentada frente a un hombre rubio con una gran cicatriz en forma de rayo en el ojo—, estás en mi mueble.

Por alguna razón me parecía conocido, fruncí el ceño y fingí buscar en el mueble algo.

»¿Qué buscas?

—Busco la etiqueta que diga que este mueble es tuyo —dije con toques de ironía antes de volver a tirarme en el mueble ignorando la presencia del rubio, el cual había reconocido como el que osó faltarme el respeto el primer día de los juegos mágicos.

—Idiota —lo escuché murmurar antes de sentarse en el mueble al lado.

—¿Perdón? —lo miré indignada.

—Perdonada.

—¿Q-q-que...? —no pude pronunciar una palabra coherente a la vez que abría y cerraba la boca como un pez. Al final, decidí callar e ignorarlo.

Pasaron unos minutos antes de sentir como alguien me tiraba del pie y me lanzaba al suelo. Miré el causante de esto con rabia, quien ahora se encontraba acostado en mi lugar con una sonrisa victoriosa. Me levanté y abrí la boca como si tomase una gran bocanada de aire.

—Espiral celestial —grité y de mi boca salió una gran masa de energía blanca, parecido a un rugido. En segundos el loft estaba totalmente destruido mientras me miraba las uñas como si fuese de lo más importantes.

Sentí un poder en crecimiento y miré al rubio que se levantaba de los escombros con su cuerpo rodeado de rayos. Lo miré desafiante antes de lanzarnos el uno con el otro y empezar un combate cuerpo a cuerpo.

Lamentablemente, el rubio llegaba a igualar mi velocidad —hecho que me dejó sorprendida pero no hice notar—, al distraerme un puño impacto con en mi estómago haciéndome retroceder varios metros. Sentí el cambio de mis ojos a un rojo claro, antes de correr hacia Laxus con el puño envuelto en llamas color negro, iba a pegarle pero una mano gigante nos aplastó a ambos.

—¡Lucy! ¡Laxus! ¿¡Qué creen que hacen?!

Me levanté del suelo mareada y todo el aturdimiento desapareció al ver al todo el gremio destruido mientras que los miembros estaban en una esquina temblando y rezando.

—¡Están castigados!

Truth Hurt.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora