Capítulo 1: Accidente De Avión

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Era la mañana del 11 de Septiembre. Ese día tomaría un vuelo hacia Puerto Rico desde Miami. Recuerdo que me habían hablado de las desapariciones de aviones y embarcaciones que últimamente habían sucedido en el trayecto que tomaría. Más de una de esas cosas hablaban de "alienígenas", contactos paranormales y tonterías varias.
Nunca he creído en cosas como fantasmas, alienígenas, monstruos y muchas otras cosas extra normales. Para mí son solo supersticiones tontas. Cada una más loca que la anterior. Bueno, que me desvió del tema. Salí ese día con mi hijo Sam, con las maletas ya hechas. Yo trabajaba como periodista para una gran revista que recomendaba lugares turísticos y, esta vez, tenía que hacer un reportaje en Puerto Rico.
Llegamos al aeropuerto después de haber tomado un taxi. Tomaron unos quince minutos llagar hasta el hombre que nos daría los boletos. Una vez ahí entregue mi pasaporte y el de mi hijo Sam.

—El señor William Ulrich—Dijo el hombre viendo mi pasaporte.
—Si—Respondí al instante.
— ¿Y él es su hijo Sam Ulrich?— Pregunto nuevamente el hombre.
—Si— Volví a responder.

El chico tecleo algo en aquella computadora e imprimió dos boletos con varias cosas escritos en ellos.

—Que tengan un buen viaje—Dijo con una sonrisa el hombre,

Le devolví la sonrisa y me dispuse a retirarme con mi hijo. Caminamos un poco hasta el lugar donde debíamos dejar nuestro equipaje. Luego, seguimos caminando hasta la puerta donde abordaríamos el avión. Nos recogieron los boletos y abordamos.
Los lugares que habían elegido para nosotros dos estaban en la parte trasera y cerca del baño, algo que agradecí en su momento. El avión despego y comenzó nuestro viaje de varias horas. Todo era normal dentro del avión. Las aeromozas atendían con más atención de lo acostumbrado. Sam se quedó dormido mientras yo observaba la ventana con mi laptop encendida.
Mi trabajo no era el mejor, ya que hacia críticas sobre vuelos, hoteles y lugares. Aunque nadie conocía mi rostro, el nombre de William Ulrich en la lista de pasajeros hacia que los trabajadores del avión fueran más atentos de lo normal.
El vuelo siguió normal durante unas tres horas, mientras yo escribía el artículo que me habían encomendado. Algo me tomo desprevenido, comenzó una turbulencia.

—Estamos experimentando una turbulencia. Favor de abrochar sus cinturones de seguridad— Se escuchó atraves de los altavoces que había en los asientos.

Acate las órdenes. Abroche mi cinturón y él de mi hijo. Un rayo ilumino mi rostro, habíamos entrado en una tormenta. Que mal clima había comenzado en tan solo minutos. La gente murmuraba sobre el estar cruzando el famoso Triangulo de las Bermudas. ¡Tonterías! Nada puede pasar por una tonta creencia.
En ese momento, la luz de un segundo rayo ilumino mi cara, dejándome ver así el fuego que salía del motor izquierdo del avión. El pánico me invadió casi de inmediato.
Gire mi cabeza para ver a las personas dentro del avión pero, al parecer, fui la última persona en enterarme. Paso poco tiempo para que el avión comenzara a caer. Vi como la parte delantera del avión se despegó completamente, dejando así un gran hueco en la parte delantera por donde varias personas salieron volando. Mi corazón comenzó a latir fuertemente mientras escuchaba a varia gente gritar por su vida. Intente gritar pero las palabra no salieron de mi boca.
Para mi sorpresa, Sam seguí dormido. Así que, también cerré los ojos, preparado para no volver a abrirlos jamás.

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