The Forest

Capítulo 7: El Mapa De La Isla

Nunca me había pensado el hecho de quedarme sin esperanzas. Debí haberlo pensado. Seguí mi camino con el estómago revuelto por la excesiva sangre que ya hacía en la cueva.
Pensé en un momento que salir del lugar era la mejor opción. Sin embargo, algo me intrigo. ¿Cómo es que aquellos caníbales me habían seguido? Sólo hay una entrada a la cueva, o al menos eso suponía. Comencé a subir, de regresos a la entrada.
La antorcha improvisada hacia que mi visión no fuera tan nula. Puede divisar después de varios minutos la salida. El sol provocaba que aquella cuerda se viera como una salvación divina, lo cual me causo un poco de gracia, ya que afuera había aún más caníbales.
Parece que ya me he acostumbrado un poco a ver tanta sangre a mí alrededor.
En vez de subir por la cuerda, decidí seguir de frente, con la idea de que encontraría algo. Camine durante otros varios minutos. Pensé en un momento dado que con tanto caminar podría conseguir mi cuerpo ideal.

—Esto es ver el lado positivo— Me dije haciendo evidente mis tonterías.

En ese momento, un espeso liquido cayo delante de mí. La antorcha deja muy difícilmente el color de aquel líquido. Decidí no prestar atención y continuar. Qué mala elección.
Seguí caminando, la oscuridad atemorizaba mi cuerpo. Tropecé con un pequeño escalón, ocasionando un fuerte ruido con mi caída. Me recargue en unas piedras para poder levantarme. Al tocar la piedra pude sentir como algo viscoso se impregno en la piel de mi mano derecha.
Ilumine con la antorcha aquello que tenía entre mi mano. La piedra estaba cubierta por una enorme costra de color rojo, mientras un hilo de un líquido rojo resbalaba por los laterales. Recordé en ese momento que tenía mi celular en uno de mis bolsillos.
Saque el móvil con mi mano izquierda, mientras sostenía con la derecha la antorcha improvisada. Mi suerte me proporciono una batería del veinte por ciento. Encendí la lámpara del móvil y observe con más cuidado el techo de la cueva.
En aquel techo ya hacían colgados cuerpos de personas mutiladas. La poca sangre fresca, que aún había en los cuerpos, caía en pequeñas gotas que se mezclaban con el agua que había en el lugar a causa de la humedad.
Mire horrorizado el techo mientras la luz de la lámpara del móvil pasaba por cada uno de los cuerpos. Comencé a caminar nuevamente, apagando la luz del celular, aunque cuidando que las gotas de sangre no me tocaran. Cada vez me arrepentía más de estar con vida.
Continúe mi caminata. No dure mucho para ver a lo lejos una pequeña y tenue luz. Sin pensarlo dos veces me dirigí hacia ella, mientras empuñaba el hacha de leñador. Las palabras no son necesarias para saber qué era lo que pensaba.
Camine con más cautela. Mi corazón intentaba salir de mi pecho, el oxígeno no me bastaba para poder respirar tranquilamente.
Llegue al lugar. No había nadie. Suerte era la única palabra que cruzaba por mi cabeza. Revise con la mirada el pequeño lugar que iluminaba la vela que me guipo hasta allí. Aquella pequeña parte de la cueva tenía una mesa de madera de color café oscuro y una silla del mismo color.
Encima de la mesa había un trozo de papel junto con una pluma de ave y un frasco de tinta.

— ¿Qué demonios es este lugar?— Pregunté al aire.

Coloque la antorcha en un lugar algo estable y que me permitiera observar adecuadamente.
Tome el papel de la mesa. Aquella vieja hoja contenía el dibujo de algo peculiar. Era una isla. Supuse que era la isla donde me encontraba, o al menos eso pensé.
Intente seguir el recorrido que había tomado hasta la cueva y claramente coincidía...

Creó que he encontrado mi pase de victoria...