Regrese donde Azuck. Tenía miedo dentro de mi cuerpo. Era raro. Aquel hombre que había aparecido delante de mí parecía que me quería decir algo. La parte trasera del avión se mantiene en silencio. Nada se acercaba y nadie hacia ruido.
Azuck estaba despierto. Encerrado en el baño. Me siento mal por él. Me pregunto cuánto tiempo lleva aquí. Tal vez ha dejado de contar los días. Yo lo he dejado de hacer. Me deprimía contar el tiempo. Mi celular hace bastante que murió. Estoy incomunicado. Encerrado en esta isla.Recordar todo eso me hace pensar que Azuck debe estar muy triste. Quizá tenía una familia a la cual extraña. Es extraño. Nunca he pensado en los demás. Solo mi hijo y yo. Pero todos debemos cambiar, ¿no? Sólo mírame a mí. Pensando las cosas como si se las contará a alguien.
Me estoy volviendo loco. Sólo me queda comenzar a hablar con los árboles como si fueran personas. No perderé mi cordura. Me mantendré firme en todo momento. Mi hijo me está esperando en algún lugar de esta asquerosa isla.—Azuck— dije tocando la puerta de aquel inservible baño— Es hora de irnos. Abre la puerta.
No hubo respuesta. Me preocupe al no recibir la respuesta del joven peli-negro. Abrí la puerta de un fuerte empujo, la cual golpeo algo que evito que se siguiera abriendo. Preferiría nunca haber abierto la puerta y no ver lo que estaba dentro.
Vi a Azuck. Sentado sobre la taza del baño. Su cuerpo era manchado por aquel líquido rojizo que tanto he odiado desde que estaba en la isla. Si, Azuck estaba muerto. Desangrado. En su mano izquierda tenía una pequeña navaja. Y su otra mano, tenía un corte a la altura de las venas cercanas a la muñeca.Se había suicidado. ¿Fue por mi culpa? Seguramente. Dejé morir a Akki. La única persona en la que él confiaba. Quizá eso le deprimió a tal grado de llevarlo hasta ese extremo. Tomé su cuerpo y lo lleve fuera del destruido avión.
Deje su cuerpo cerca del bosque. Lo cubrí con piedras e hice una pequeña cruz con trapos y dos palos. Era lo menos que podía hacer. Azuck también era una persona. Al menos lo era para mí. Las dos únicas personas cuerdas que conocía, ahora están muertas.Regresé al avión. Estaba decaído. No podía más. Ya estaba cansado de todo este lugar. Siempre lo mismo. Muerte, sangre y dolor. A pesar de no conocerlos a fondo. Tomé mi hacha del avión, junto con el equipo de escalada. Tome la mochila que ya estaba gastada de los días que pasaba con ella.
Las gotas de agua comenzaron a caer del cielo. Comenzó a llover. El momento apropiado, ¿no? Este clima ha terminado el escenario de melancolía que tanto se había formado. ¿Cuándo se llenó el cielo de nubes? Dios me está haciendo una mala jugada desde hace tiempo.Tomo un abrigo que encontré fuera. Cubrí mi cuerpo mientras comenzaba a caminar hacía aquel enorme lugar que tiempo atrás había encontrado... Adoro narrar mi historia en mi cabeza. Es como si contara a alguien lo que vivo, cuando me encuentro solo en esta isla.
Los arboles pareciera que se movían al ritmo de la lluvia. Era raro. Llegué a un pequeño barranco que antes no había visto. Baje por uno de los laterales. Miré el barranco desde abajo, notando una gran grieta en la pared de roca. Podía ver una pequeña luz. Algo que se iluminaba del otro lado. Me acerque e intente colarme dentro por aquella abertura que apenas encajaba con mi cuerpo.Logre pasar tras algunos minutos de extremo esfuerzo. La mochila que siempre me acompañaba la había tenido que arrastrar por un lateral junto con mis manos. Algo me decía que me encontraría cosas malas por debajo de esta isla.
Seguí caminando entre la oscuridad. Lo único que me guiaba era aquella pequeña luz que se asemejaba a la emitida por las velas. El aire que provenía de fuera de aquella cueva originaba un sonido que se asimilaba al de un pequeño lamento. Me daba miedo estar allí. Era como si percibiera el peligro que se me avecinaba.Llegue al lugar de donde se emitía la luz. Efectivamente, era una vela. Sin embargo, aquello no terminaba allí. Delante de mí seguía un camino con varias velas que decoraban la cueva de una manera extraña. Las velas estaban colocadas sobre cráneos humanos.
Las velas parecían recién encendidas. Seguí el camino de velas por toda la cueva. Entre más avanzaba, más profunda se volvía la cueva. Bajaba a cada pocos metros. Y podía confirmar que era una cueva profunda. Sí, me había desviado de mi objetivo principal, pero ya estaba aquí y no había vuelta atrás. Debía seguir bajando. Debía bajar a lo profundo...
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The Forest
Mystery / ThrillerMi nombre es William Ulrich... ¿Por dónde empezaré? Bueno, he tenido una vida algo normal. Mi trabajo era el mejor. Poder viajar a donde quisiera, cuando quisiera, me hacia muy feliz. Mi principal compañero era mi hijo. Sin embargo, algo ocasionó qu...