The Forest

Capítulo 19: El Laboratorio

Recordé algunos números de alguna de las cartas. Comencé a teclear desesperadamente. Sin embargo, nada paso durante unos segundos. El crujido de metal contra metal llamo mi atención y el ver como la puerta se abría lentamente hizo que recuperara la esperanza de sobrevivir. Fue entonces que se detuvo. La puerta dejó sólo el espacio para que una persona entrará. Deje caer mi mochila sin pensarlo.
Comencé a intentar entrar por aquel pequeño espacio. Lo logré esforzándome, sólo para comenzar a intentar cerrar la puerta. Empujaba con toda la fuerza que tenía, sólo para ver cómo se movía muy poco aquella puerta. Escuchaba cada vez más cerca aquellos gritos de los caníbales descontrolados.

Estaba a punto de cerrar la puerta cuando un brazo apareció por el marco de aquella puerta metálica. Uno de los caníbales había llegado. Apreté el hacha y comencé a golpear la mano de aquel hombre salvaje. La sangre brotó rápidamente de la mano del caníbal mientras este gritaba desesperadamente. Pero poco me importaba, yo sólo quería sobrevivir.
El brazo del caníbal termino por retirarse, dándome la oportunidad de volver a empujar la puerta. Termine de cerrar la puerta. Me giré, recargando mi espalda en la puerta metálica, sólo para después dejarme caer al suelo. La presión que había sufrido en sólo unos segundos fue demasiada.

Miré enfrente de mí. Un largo pasillo de suelo y paredes rojizas estaba frente a mí. El techo era una simple placa metálica color gris. Todo era iluminado por luces de color blanco que estaban paralelamente colocadas.

— ¿Qué mierda es este lugar? — dije mientras comenzaba a caminar por el enorme pasillo.

Mis pasos no dejaban ver mi valentía. Era claro que tenía miedo. A los pocos segundos de caminar, logré ver una cuerda. En el suelo había una maleta y, junto a ella, un taladro y placas de metal. Levanté la mirada, notando que la cuerda llevaba a los conductos de ventilación. Volví a ver el pasillo que, metros más adelante, terminaba en una pared color rojo. Comencé a subir la cuerda. Llegué a un pasillo superior cubierto por una malla de color azul en paredes y techo, parecido a una tienda de acampar. Era difícil moverse, ya que no era muy espacioso. Sólo podría estar una persona en ese pequeño pasillo. Camine hacía donde, en el piso inferior, estaría la pared rojiza.
El pasillo superior seguía hacía mi izquierda. Seguí caminando. Podía ver debajo de mí un piso inferior, uno que no había visto. Mi camino terminaba a los pocos metros. Sin embargo, una parte estaba abierta y dejaba entrar al piso de abajo. Me deje caer por el agujero, llegando a un pasillo color gris con unas escaleras que daban a un piso más inferior. Baje las escaleras, notado una puerta metálica con un cristal más adelante.

Corrí hacía ella. No veía manera de entrar, así que la envestiría. Antes de poder tocar la puerta, esta se abrió automáticamente, dejándome llegar a un cuarto vacío. En el suelo había otro taladro junto con algunos papeles donde se podía ver a una niña. El titulo me llamo la atención: "Fotografías escolares de Megan". Debajo del título estaba el destinatario: Sahara Mail. Sin embargo, alguien parecía no querer ver con esto, ya que el cuerpo de la carta decía: "Mathew, estas son las fotos escolares de Megan. Por favor, no contactes conmigo de nuevo".
Alguien más había llegado hasta aquí. El taladro lo demostraba, al igual que el conducto de ventilación que había abierto. Baje por el conducto, no había espacio alguno para pasar de pie, así que tuve que andar como un bebé, gateando por todo el camino. Pequeños focos iluminaban el lugar. Una abertura del conducto de mi lado izquierdo llamó mi atención. Decidí seguirlo antes que el camino recto.

Tuve que girar nuevamente a la derecha, sólo para ver un camino bloqueado. Sin embargo, parecía que alguien había vivido allí. Había varias almohadas, lo que parecían cobijas, juguetes, comida enlatada. Todo para que, al menos un niño, pudiera sobrevivir en los conductos. Regrese por donde vine y continué el camino recto.
Más al fondo tuve que dar una vuelta a la derecha. Seguí unos metros más adelante, hasta poder ver una cuerda que llevaba a una especie de piso superior. Comencé a subir, hasta llegar a un piso superior. Una vez me puse de pie, logre ver algo que no creía posible. Parecía una enorme cafetería. Camine unos instantes, totalmente sorprendido, hasta lograr ver una pizarra de madera con varias notas sobre ellas.

Una tabla periódica era lo que más destacaba. Pero había fotos de caníbales y aquellos monstruos junto con fórmulas químicas que no lograba comprender. Además, junto a sus fotos había una nota que decía: "Mutación".
Seguí caminando. Vi una especie de abertura en el techo que dejaba ver tubos que daban hasta los conductos de ventilación.

—Más vale camino conocido que camino por conocer, ¿no? — dije empezando a escalar.

Logré llegar y seguí mi camino. Un largo camino recto, hasta lograr ver otra escotilla retirada de su lugar. Bajé nuevamente. El nuevo escenario delante de mío no me agradaba en lo absoluto. Camillas eran esparcidas por todo el lugar, juguetes de niños tirados, colores, dibujos en las paredes. Algo había pasado en ese lugar. Una revista en el suelo llamó mi atención. Especialmente por el título: "Científico Ético: Artefactos antiguos". Deje la revista en una de las camillas.

Parece que había llegado al lugar que estaba buscando. Había llegado al laboratorio de Sahara Corporation...