Es Aire

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Bursakoff POV

Nunca he ido a una guerra. pero sospecho que no debe ser muy distinto a esto en el sentido destructivo del asunto. no hemos ni mirado al otro lado del río, y ya perdimos nuestro cuartel, casi la totalidad de las pertenencias y armas, víveres, y lo peor de todo... más de la mitad de nuestros camaradas.

Durante toda la noche hemos estado intentando contactarnos con el regimiento 17, que es el más cercano a nosotros en lo que a posición respecta, y a nuestro lugar de procedencia: el 6 del cuadrante 3. pero cada búsqueda de conexión fue completamente vana. o no respondían, o nos derivaban y, finalmente, nuestra línea queda en espera hasta que decidimos reintentarlo. o realmente hay un problema de conexión, o nos lo hacen apropósito. no parecemos importarle a nadie puesto que, habiéndose enterado de la situación de emergencia informada por las cortas comunicaciones radiales que quedaron en la nada, no han enviado a nadie a rescatarnos. con quien si he podido establecer conexión junto a Darío, fué la Paramilitar. anunciaron buscarían la manera de venir a por nosotros dos, las mellizas, y algún herido de gravedad. pero no podrán llevarnos a todos con ellos.

mientras el Teniente Darío Cazador revisa los baños de esta planta, nosotros ingresamos a las barracas de suboficiales.

al acceder al gran salón, se abre a la izquierda un pasillo largo con 3 puertas corredizas y una pared de aglomerado. la entrada más lejana, es la sección de "soldados", la intermedia de "cabos", y la más cercana a la entrada principal, de "sargentos"

fue esta configuración la que dificultó evacuar el sitio. al despertarse Marisol, comenzó a gritar y llamarnos a todos que intentamos salir de forma rápida. el primero en ponerse de pié fue a despertar a los cabos y sargentos quienes consiguieron abandonar la barraca rápidamente. varios vinieron para ayudarnos a cargar con todo el equipo posible y levantar a los que ahún seguían somnolientos. la pared se derrumba, seguida por el techo sobre nosotros, cepultándonos, literalmente.

el fuego que acompañó los escombros tampoco solucionó absolutamente nada. yo y varios más intentamos entrar a salvar a quien se pudiera, pero las llamas ya agarraron los colchones e hicieron imposible retornar al interior. corrimos por dentro viendo como cada vez había más fuego. gritos masculinos eran todo lo que se escuchó desde la sala de máquinas, donde están los grupos electrógenos de respaldo, termotanques, calderas, entre otras cosas.

un cuerpo se incendiaba frente a ella, sin ser el que producía semejante alarido. Antonella tomó el matafuego para rescatar a quien se encontrara en el interior de lo que parecía más un crematorio. el primer chorro de espuma retardante cayó sobre el cuerpo en llamas mientras los gritos se sucedían sin descanso. al ver de quién se trató, nos quedamos helados. la Teniente Serena Brown estaba muerta. su rostro era medianamente reconocible al acercarnos y voltearla para ver que seguía con vida. pero no era así. ya nos había dejado. al parecer, su cuerpo fue tomado nuevamente por el fuego porque al volverla a ver en este retorno a las instalaciones, sus restos estaban aún más deteriorados que al dejarla.

mientras yo constataba esto, los muchachos que salieron con migo de la barraca continuaron intentando extinguir, o amenizar las llamas para acceder al interior del cuarto. pero ese extintor estaba ya vacío. no hubo nada que hacer. seguimos hasta las barracas de oficiales, donde la de los capitanes estaba completamente en llamas, y sólo uno había logrado salir en un estado realmente crítico. lo cargamos junto con otros camaradas que sacamos de la sección de suboficiales en estado similar, y nos adentramos en busca del Coronel Praga y los Tenientes.

todos estaban ya medios despiertos y cargando lo que podían. despertamos a Cazador. pero estaba ya muy intoxicado y se desmalló.

yo y Marisol nos metimos en la habitación que Praga tiene para el solo, pero no estaba allí. ni Él, ni su morral de supervivencia. seguramente se había ido antes que lleguemos, fue todo lo que pudimos pensar

No lo sabenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora