Mal Presagio

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Elal POV

-¿qué sucede, Stein?- pregunto al joven ario frente a mi con una expresión de espanto que ni a quienes perecieron en mis manos he visto

-Tengo un nuevo reporte de actividad de Praga. Está preparando una dependencia completa para venir a asediarnos hoy a las...- La radio comenzó a estallar en mensajes de auxilio provenientes del exterior, según oía. A la cabeza me llegó el recuerdo de que los cadetes están entrenando en las inmediaciones del ingreso, y mi fluido intravenoso comenzó a hervir. Contra mi, quien quiera... Contra los pequeñitos, quien pueda pasar sobre mi descuartizado, frío y maldito cadáver.

-¡ABRA FUEGO SOLDADO!- Es todo lo que puedo decir mientras doy la misma orden por radio. apenas puedo salir y comprobar lo que temía. Son militares del Ejército regular. Esto realmente no me gusta una mierda...

Envío a Natalio en ayuda de sus camaradas, mientras yo me dirijo al exterior en asistencia de la escuadra de cadetes y los refuerzos que se les sumaron.

Siento en mi piel como disparos enemigos y aliados impactan, sin hacer más que pequeñas quemaduras que no existirán para mañana. Mis tropas están combatiendo al enemigo de una manera realmente admirable. Incluso los ingresantes ponen en práctica lo aprendido pese a su falta de experiencia y aptitud. Disparo sin titubear, pero a la vez con dolor a cada uniformado de escudo y charretera que veo. Sabiéndolos compatriotas que podrían colaborar en nuestra causa si no se les hubiera impuesto aquel relato oficialista que ha desmoronado los cimientos de la Patria.

Sigo avanzando hasta afuera por una salida lateral, y encuentro frente a mi aquel rostro que durante tanto tiempo quise tener así... en frente y mirándome con los ojos hechos un par de canicas y firmemente anclados a los míos. El tiempo pareció detenerse, cosa que hace una centena de años no me sucede en situación de combate... Es como si fuéramos solo nosotros en el mundo, y este, el último instante... Me preparo para perforarle la frente de un letal disparo cuando por la estupidez de mi desvarío, olvido que la última bala de mi pistola ya tiene dueño.

Maldigo el ataque de inoperancia y me preparo para recargar mientras la mutilable cabeza de esa vívora alcantarillera que es el coronel Praga se escurre hacia el interior.

Ni una orden pude dar cuando sentí la explosión de un mortero a la distancia seguido por lamentos en juveniles voces. Sabiendo que los cadetes están siendo doblegados, desisto de mi propósito sanguinario y corro en su auxilio. Estos tagarnas consiguieron poner posiciones de artillería... Pero no han de durar más de la cuenta. Hago la seña a un grupo de soldados de mi misma clase y rodeamos la posición desde 5 flancos. Disparamos ráfagas de pistola 9 Milímetros sobre los dos ocupantes rindiéndolos y robamos sus armas. Dos contingentes más de enemigos ingresa siendo destruidos los blindados con la artillería robada.

Informes vía radio solicitan apoyo en el interior puesto que un grupo de agresores más ha ingresado e intenta tirar abajo la puerta blindada del salón de armamentos. Llamo al capitán Navira a solo metros de mi señalando que me siga.

Recorremos un largo trecho hasta una entrada cercana al destino. viendo de vez en cuando cuerpos de enemigos muertos o gravemente heridos, camaradas ordinarios en similares estados, cadetes luchando por si mismos y sus compañeros... y un pequeño alambre en el piso, con un soldado regular oculto por las cercanías. Cesamos el abanse con Navira y bajamos a cuerpo a tierra con la intención de provocarlo.

De atrás de unos arbustos aparecieron cinco más y nos valearon, pero fuimos más inteligentes que ellos. No reaccionamos, nos dejamos caer e hicimos los muertos provocando se acercaran. Frente a mi rostro está la dichosa bomba instalada, que el enemigo está cuidando no pisar junto a su compañero mientras nos examinan intrigados. Navira, tirado a mi par pero boca arriba, mueve el cuello de manera violenta asustando al enemigo que se encontraba quemándole pólvora sobre un párpado para confirmar su muerte. El pobre tagarna se asustó cayendo de espaldas sobre el alambre, haciendo explotar una bomba, que reventó otras decenas secuencialmente. Los seis cayeron. con grandes esquirlas clavadas, sangrando por los ojos, nariz, orejas y boca gracias al daño producido por la onda expansiva.

No lo sabenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora