“¡NADIA!” “¡NADIA!”
Me desperté tomando una exagerada bocanada de aire. Exhalé e inhalé fuertemente para estabilizarme. Entonces me vi, completamente mojada y tirada en el piso al lado del sofá de Alec. Éste último me miraba muerto de risa mientras sostenía un vaso de agua. Después de un minuto, me di cuenta de lo que pasaba.
– ¿QUÉ MIERDA TE PASA, ALEXANDER LIGHTWOOD? – Traté de decirlo enojada pero el verlo riéndose hizo que me contagiara y terminara igual que él.
– Es que… tú… durmiendo… gritando – reía sin parar y balbuceaba cosas que yo no entendía. Fui rápido hacia la cocina, tomé un vaso y lo llené de agua. Corrí hasta Alec y le se lo tiré. - ¡EH! ¿ASÍ QUE QUERÉS VENGANZA?
Me hubiera gustado decir que después de que yo le tiré el vaso de agua, él trató de atraparme pero como el suelo estaba lleno de líquido, él se patinó, se cayó, nos reímos y todo terminó allí. Pero no fue así. Nos sumimos en una batalla de espuma, detergente, agua, almohadas y plumas. Un completo desastre mientras nosotros no más reíamos y nos prometíamos venganza tras venganza.
Toda la casa de Alec terminó teniendo cualquier aspecto menos el de una casa. Cuando hubimos terminado, nos tiramos sobre la cama de la habitación de él para descansar después de correr por todo el lugar cargando armas de agua súper peligrosas y granadas de plumas (almohadas). Estábamos sobre la cama boca arriba formando una “x”, tratando de relajarnos un poco.
– Ahora, cuéntame mujer. ¿Qué estabas soñando que gritabas esas cosas? – me preguntó mi amigo, tomándome por sorpresa.
– ¿Gritaba? ¿Qué cosas gritaba?
– Em… cosas como: “¿DÓNDE ESTÁS? ¿DÓNDE? ¿DÓNDE?” Re dramático.
– No sé… - mentí, no quería contarle las cosas raras que soñaba con un tipo que no conocía. Quería mantenerlo para mí misma, sin nadie que lo supiera. Ya sabía que eran solo sueños y que cualquiera tiene historias extrañas cuando duerme pero igual.
– ¿Siquiera te acuerdas del sueño?
– No – mentí de nuevo. A diferencia de sueños anteriores, que solía olvidarlos a minutos de despertarme, los últimos los recordaba nítida y exactamente, cada parte de ellos. Cada detalle venía a mi mente como si lo acabara de vivir. Incluso el primero, podía recordar de manera palpable cada uno de los retazos de Áileena. – Suelo olvidarme de lo que sueño apenas me despierto. O a veces, no sueño nada.
– Ah… a mí también me pasa, sé que he tenido un sueño pero no lo recuerdo o solo algunos pedacitos inservibles – hizo un puchero apenado –, es frustrante.
Reí ante su cara de desolación.
– Justo de eso estábamos hablando el otro día con mi amigo Metti, con el que estaba hablando por Skype hace un rato. – Continuó – él también ha tenido unos sueños bastante raros últimamente.
– Y además, el tema que me ha tocado investigar y exponer es sobre el subconsciente y los sueños. El colmo. – Reí. – Bueno creo que ya es hora de que vuelva a casa, probablemente mi mamá me mate y haga conmigo el estofado de mañana. Fue muy divertido, voy a venir más seguido así arruino tu casa. NO TE LIBRARÁS DE MÍ TAN FÁCILMENTE – sobreactué ridícula, provocando carcajadas en Alec.
– Me parece que la guerra de agua y plumas te ha afectado mucho. Nos vemos, pequeña.
Salí de su casa después de despedirnos y me dispuse a tomar el autobús para irme a casa. En el camino, pensaba. Pensaba sobre el sueño. ¿Por qué no lo había visto? ¿Por qué no estaba? Tenía que averiguar sobre esto. Una cosa que agradecía sobre el grupo que me había tocado era el tema que nos habían asignado. Así, de cualquier manera, no me sentía una completa idiota por buscar sobre los sueños si era un trabajo de la escuela.
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En Mis Sueños
FanfictionÉl es lo que ella más detesta, pero a la vez lo que más necesita. Es un contraste de cosas que la vuelven loca pero que se han convertido en parte de su vida. Es la persona más importante para ella pero un problema los separa en un abismo. No es re...