Sueño X: "Los sueños son siempre así, mi amor."

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Introducción

Nadia

   

Ya estaba caminando de vuelta a mi casa, sin Simon porque había tenido que atender unos asuntos de su madre de repente. Por lo que me hallaba sola, por las calles escuchando música. Todo estaba bastante relajante pero a la vez solitario. Increíblemente solitario y vacío. Poco llamativo, para ser sincera.

Generalmente, este lugar suele ser vivaz, alegre y activo. La gente organiza eventos y eventos, especialmente cuando llega el verano. Se escucha música en las plazas, hay niños jugando aquí y allá, chicos de mi edad saliendo a karaokes y pasando un buen rato…

Pero ese día era todo lo contrario. Quizás fuera un presentimiento tonto, pero sentía que algo estaba por suceder. Algo malo. Y que todo este ambiente gris era tan solo una anticipación.

El repitente sonido de mi celular anunciando un nuevo correo electrónico se hizo presente de nuevo y casi no lo escucho por la música. Lo saqué no sin antes mirar hacia los lados para ver que no había nadie cerca que me lo quisiera robar. Si, un poco paranoica pero bueno. Abrí el mensaje y era, como esperaba, de BEING_ME. Le había preguntado por su nombre así que esto sería interesante. Siempre he pensado que un nombre de una persona, indirectamente la describe ya sea física o personalmente. Así que quizá podía hacerme una idea de cómo era detrás de la pantalla. Ya tenía una pista por sus videos pero lo importante era su rostro, que causalmente no aparecía.

Su respuesta fue:

“Metcalfe, pero me dicen Metti.”

Detuve mis pasos.

Ese apodo lo había escuchado de algún lado. Traté de recordar de dónde… ¿alguien de la escuela? No podía ser. ¿Amigo de algunos de mis amigos? A ver…, de Gise no lo había escuchado, Simon menos, Liam no creo y Alec…

¡ALEC!

‘Metti’ era el sobrenombre por el que llamaba a su mejor amigo de su infancia y del que mantenía contacto por Internet ya que vivían lejos el uno del otro. ¿Podría ser el mismo?

“¿Puede ser que seas amigo de un tal Alec Lightwood?”

Escribí ese mensaje y se lo envié por email.

Seguí caminando hasta que llegué a la plaza cerca de mi casa y me senté en un banco de allí. Esperé a que contestara mientras veía a mi alrededor pero no observando realmente. No sé por qué, pero me sentía especialmente melancólica. Como si dentro mío me sintiera triste aunque no tuviera razones reales para estarlo.

“La puta… ¡¡¡¿CONOCES A ALEXANDER?!!! Ö”

Rompí a reír. Así que estaba enviándome emails con el tipo de la video-llamada. No me olvido de él, nos habíamos “peleado” por el cariño de Alec mientras se comunicaban por Skype. ¡Ah, el mundo es tan pequeño! Qué casualidad, era increíble que me lo encontrara aquí. Por alguna razón, me sentí más animada con todo esto. Y sorprendida. ¿Tanta suerte se podía tener en el mundo? Como para toparme con un no desconocido por Internet. Era extraño y se sentía bien.

“Sí, es amigo mío. ¿No te acuerdas de mí? Soy la que se burlaba de ti porque tenías a tu mejor amigo lejos :P”

“No puedo creerlo y creo que me está dando un paro cardíaco ahora mismo. Eres… amiga… de Alec… oh, tan difícil de procesar… CREO QUE ME VOY A VOLVER LOCO D: ”

Ahogué una risa aunque no lo entendía. ¿Tan impactante era? Es decir, era sorprendente pero no sé si tan difícil de procesar. Las casualidades existen. Y el destino también. Aunque es complicado de diferenciar cuándo pasa cada una.

En Mis SueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora