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15. Empezar Desde Cero

15. Empezar desde cero

Varios días después

— Ah, Gonzalo eras vos — Murmuró Bruno, un tanto decepcionado al abrir la puerta de su departamento y darse cuenta que era Gonzalo, ya que no era él a la persona a la cual precisamente estaba esperando ver en ese momento.

— En otros tiempos, se solía saludar con un: ¡Hola! ¿Cómo estás?, ¿qué fue de tu vida?. — Comentó Gonzalo, fingiendo un supuesto malestar en el momento en el cual se estaban saludando.

— Perdón, es que estaba esperando otra visita. — Se disculpó Bruno, mientras se sentaban en la mesa.

— ¿A quién? — Cuestionó
Gonzalo sumamente curioso por saber quién era esa persona, aunque ya tenía una leve sospecha y lo que más quería era que esa intuición no le fallara.

— A Laura y a Abril porque quedamos de ir juntos a la plaza— Casi por inercia, Bruno comenzó a sonreír al nombrarla a ellas dos. Gesto que obviamente no pudo pasar desapercibido por su gran amigo que tan bien lo conocía.

— Es bueno ver cómo cambiaste desde el día que las conociste a ellas dos.— Murmuró Gonzalo, haciendo que Bruno frunciera un poco el ceño.

— ¿Cómo? — Preguntó Bruno, un poco confundido por ese comentario.

— Como que se te ve más contento, no tan decaído. Te reís más seguido, algo que hace un tiempo atrás no pasaba tan frecuentemente — Comentó alegremente Gonzalo.
Bruno permaneció callado por algunos segundos, tratando de reflexionar si lo que su amigo le estaba diciendo era verdad o no.

Y si él tenía razón, Bruno no podía negarlo. Porque desde el día que Laura y Abril aparecieron en su vida y empezaron a verse y a hablarse con mayor frecuencia, ellas dos se fueron encargando de devolverle bastante color a sus días y también llenar, un poco, ese inmenso vacío que la ausencia de Micaela había dejado en él.

—  Abril se aferró mucho a mí y yo también a ella porque la veo como esa especie de hermana menor que nunca tuve. — Comenzó a explicar Bruno mientras que Gonzalo lo escuchaba atentamente. Desde el primer día que se conocieron, Abril extreñamente se apegó demasiado a él y, poco a poco, fueron creando una conexión muy fuerte. — Y Laura... — Él hizo una breve pausa sin saber muy bien cómo explicar qué era lo que sentía por ella.

— ¿Qué pasa con esa chic... — Atinó a preguntar rapidamente Gonzalo.

— Creo que me gusta— Reconoció finalmente Bruno interrumpiéndolo por completo a su amigo, quien se sentía contento por haber escuchado esa respuesta que no se imaginaba escuchar ya que en todo esos largos meses, él ni una sola vez dijo que le gustara otra chica que no fuera Micaela.

— ¿De verdad? — Cuestionó Gonzalo todavía sorprendido. Bruno asintió y decidió profundizar un poco más en el tema.

— La pasamos muy bien juntos, es muy linda, tiene buen sentido del humor, es sensible, simpática, buena, inteligente, tenemos varias cosas en común como gustos, nuestras formas de pensar y personalidades son bastantes parecidas, y hasta tenemos  la misma suerte en el amor. — Él no pudo evitar esbozar una amplia sonrisa al comentar todas esas cosas sobre Laura. La pasaba muy bien con ella, cuando hablaban era como si se conocieran de todo la vida. El tiempo al lado suyo se le pasaba volando y a él le gustaba sentir esa sensación.