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27. Te necesito ahora {Parte 2}

27. Te necesito ahora {Parte 2}

Micaela decidió ir hasta la heladera y agarrar la jarra de agua para poder tomar algo fresco, poder despejarse aunque sea por dos segundos y tratar de mantener la mente en frío. Aparte sabía que no solamente ella lo necesitaba sino que Bruno también necesitaba tomar algún vaso de agua para poder hidratarse un poco.

Ella volvió a dirigirse hasta la mesa con dos vasos de agua. Después de darle el vaso a Bruno, que en un principio no quiso saber nada con eso, Micaela volvió a sentarse en una de las sillas, pero esta vez trató de mantenerse más alejada de él y no sentarse al lado suyo. Ya que si lo volvía a tener tan cerca, se le dificultarían aún más las cosas.

Una vez que ya estaba sentada, algunas cosas llamaron particularmente su atención: las fotos que estaban esparcidas por toda la mesa.

Sin dar más vueltas, decidió mirarlas. Al hacerlo, se sorprendió y se emocionó bastante ya que no se esperaba que en plena noche de borrachera, Bruno estuviese mirando fotos de ellos dos, que capturaban momentos que abarcaban desde la infancia hasta la adultez. Y entonces, ella pudo sentir que a pesar de todo, él había sido sincero al decirle que la extrañaba.

Por algunos minutos, Micaela siguió contemplando en absoluto silencio todas esas fotos, tratando de ignorar que los ojos de Bruno estaban clavados en ella.

Micaela se inclinó un poco más y agarró una foto que no había visto desde hace bastante tiempo. Ella pudo recordar al instante que esa era la primera foto que se habían sacado juntos...

- ¡No va a venir! - Murmuró Micaela triste mientras estaba sentada en uno de los bancos que había en el patio de su casa.

Era su cumpleaños número seis y ya habían llegado casi todos sus invitados menos él. Menos Bruno que era al cual más quería ver. Los dos se habían conocido hace pocos meses, sin embargo ya se habían convertido en grandes amigos. Los mejores según Micaela, y por eso la desilusionaba bastante que él no estuviera en ese día tan importante para ella.

- Tranquila, hija - Intentó calmarla Marcela, su mamá.-¿No estás contenta porque vinieron tus otros amigos? - Preguntó ella, al sentarse al lado de su hija.

- Si - Dijo Micaela sin sonar demasiado segura. - Pero yo quiero que venga Bruno. - Su voz comenzaba a quebrarse e hizo puchero. Su mamá al verla en ese estado rápidamente la abrazó.

- ¿Por qué tenes tanto entusiasmo con que venga él?-Preguntó Marcela mientras le acariciaba el pelo a su hija

- No lo vas a entender-Respondió Micaela en un susurro.

- ¿Por qué? - Siguió insistiendo su mamá. - ¿Te gusta él, hija?-Intentó bromear ella. Micaela se sintió nerviosa y sus mejillas comenzaban a arder.

- No - Atinó a negar rápidamente Micaela y separándose del abrazo. - Es solamente mi mejor amigo, mamá- Añadió ella al instante. Después rodó sus ojos. No le gustaba que su mamá hiciera ese tipo de comentarios.

- ¿Y que tien... - Pero Marcela no pudo terminar de formular su pregunta. Ya que inesperadamente, de un segundo al otro, Micaela se levantó abruptamente del banco y se dirigió hasta el portón de su casa porque efectivamente Bruno había llegado. Esas lágrimas que antes tenía desaparecieron por completo al verlo y al darse cuenta que él no le había fallado.

- ¡Viniste! - Dijo Micaela alegremente y esbozando una amplia sonrisa. Bruno simplemente asintió e intentó hablar y entregarle su regalo, pero no tuvo tiempo de hacer nada ya que repentinamente ella comenzó a abrazarlo con efusividad. Él obviamente correspondió a ese abrazo, le resultaba imposible no hacerlo.