38. Amnesia

210 24 18
                                    

38. Amnesia

— ¿Te acordas de mí? — Le preguntó Bruno a Micaela, avanzando unos pasos para poder estar más cerca de ella, que todavía seguía mirándolo fijamente, pero sin emitir ni una sola palabra. Lo cual solamente lograba causar más preocupación e intriga en él.

— Si.— Y con ese simple "si", Bruno pudo sentir que un inmenso alivio se apoderaba de él. Micaela dio un suspiro profundo antes de volver a hablar.
— Es imposible que me pueda olvidar de vos.— Le aseguró ella al esbozar una sincera sonrisa e instantáneamente él repitió ese mismo gesto.

Era la primera sonrisa que Micaela le dedicaba después de esos días que parecieron ser tan eternos e insoportables. Y el ver que ella estuviese sonríendo de nuevo, era lo más lindo que pudo haberle pasado en años. O mejor dicho, una de las mejores cosas que le había pasado en toda su vida.

— ¿Te acordas cómo se llama él?— Le preguntó el doctor a Micaela, provocando que desviara su mirada de Bruno y que después de varios minutos ella volviera a focalizar nuevamente un poco de su atención en él.

— Bruno. Él es... — Volvió a quedarse callada Micaela por un segundo mientras que Bruno también estaba en silencio, esperando ansiosamente a que ella volviera a hablar. — Él es mi mejor amigo. — Dijo finalmente ella.

En teoría, lo que Micaela estaba diciendo no era mentira porque ante los ojos de los demás nunca tuvieron más que una amistad. Pero teniendo en cuenta todo el amor que realmente sentían el uno por el otro y todo lo que había pasado entre ellos durante el transcurso de los últimos meses, le resultaba un poco incómodo que Micaela se refiriera a él como un simple amigo. A pesar de todo, decidió restarle importancia a ese comentario. Cosa que no pudo hacer con la siguiente, y casi hasta dolorosa, acotación que ella hizo:

— Es como un hermano para mí.— Afirmó Micaela, volviendo a mirarlo a Bruno y sonríendo ampliamente. Se sorprendió demasiado al notar que esta vez él no le devolvió la sonrisa y ante ese gesto ella no hizo más que fruncir el ceño, porque no podía comprender el porqué de esa rara e inesperada actitud en él. Así como también se sorprendió al notar la mirada rápida que intercambió Bruno con el doctor, la cual en cierta forma reflejaba como si ellos pensaran que lo que ella estaba diciendo era algo absolutamente erróneo. — ¿Dije algo malo? — Se animó a preguntar Micaela en voz baja, más que confundida por la situación.

— No, Mi. No dijiste nada malo.— Quiso calmarla rápidamente Bruno. No quería causar ningún tipo de preocupación en ella. — Vos y yo somos como hermanos.

Por supuesto que lo que le estaba diciendo estaba demasiado lejos de ser cierto y eso él lo sabía muy bien. Pero en ese momento, optó por seguirle la corriente a Micaela y no contradecirla con lo que acababa de decir. Algo en su interior le decía que había un cambio demasiado fuerte en ella y que no se debía solamente a que se despertó hace escasos minutos ni porque se estaba adaptando nuevamente a hablar y todo ese tipo de cosas. Había algo más...
Pero él todavía no lo sabía con claridad.

Bruno hizo el mayor esfuerzo posible para tratar de esbozarle una sonrisa, a pesar de lo destrozado que se sentía por dentro. Ella suspiró aliviada ante ese gesto.

— Bueno Micaela,— Volvió a hablar el doctor, rompiendo con ese mínimo silencio que se había formado en la habitación.—Bruno se tiene que ir un rato de la habitación así la enfermera y yo podemos revisarte y controlar que todo esté bien. — Terminó de explicarle brevemente el doctor. Micaela negó rápidamente y una vez más su mirada volvió a depositarse completamente en Bruno.

— No te vayas, Bru. — Le suplicó Micaela en voz baja y, además, le apretó fuertemente la mano.—No me dejes sola.—Bruno respiró profundamente. Y cuando consideraba que ya estaba lo suficientemente listo como para responderle, el doctor volvió a hablarle a Micaela.

Friend ZoneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora