Cuatro Treinta.

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Bajo un árbol colosal
encontré cuatro destellos
no eran ganas de volar,
eran hojas, eran bellas.

Una espera que mortal
no alimenta, no encadena.
Flores lilas que vital,
me llamaban a la tierra.

Fuimos pobres y benditos
piedras, tallos y Septiembre.
Eras joven y sencillo,
fuese viernes o domingo.

Hoy es lunes sin embargo
y es el verde quien te nombra.
Aire puro, natural fiebre
son las cuatro, quiero verte.

¿Acaso el sol te buscara?
¿O mi semblante funesto?
¿Somos ganas de llorar?
¿O solo risas en el viento?

Había un árbol al comienzo
apenas y florecía.
Yo no reía, sedienta.
Plácida sombra, cálida hierba.

EllaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora