Humana

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Le entraban ganas de llorar
y ganas de reír, ganas de correr.
A ratos sumida en fatídica tempestad,
y otros tan plácida en su piel. 

Era de cambios, de nuevos deseos,
de ayeres que vuelven, segundos eternos. 
Era poética en su ánimo inconstante.
Una loca completa, tan niña, tan cobarde.

Y así, su fiel silueta parecía acompañarle,
en sus noches de nostalgia y días de sol.
Porque como cual cometa, tan volátil,
no bailaba dos veces la misma canción.

Era bonito verla quebrada,
su dolor tan puro y real.
Y aunque débil ante sus ojos, fortaleza natural...
Su honesta careta de trágica humanidad. 




Quise escribir este poema, para retratar un poco como es importante aceptar todas las versiones de nosotros mismos, entender que somos las partes buenas y las que no lo son tanto, las que nos gustan y las que deseamos cambiar. Todo eso somos nosotros, no perfectos, sólo humanos. 

Gracias por leer!

EllaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora