Yo tengo curvas lados y marcas,
tengo ojeras, tengo manchas.
Yo tengo estrías sucias, tan santas...
Tengo arrugas de años, de faltas.Yo tengo dientes torcidos, suaves, rotos,
soy emoción, soy sentido
y en mis brazos poros.
Tengo vientre y ombligo, como son, como vienen
y en mis ojos domingos, otoños, septiembres.Tengo dedos pequeños y manos grandes
¿No soy mujer acaso? ¿No lo es tu madre?
Tengo pechos caídos y hombros sinceros,
tengo espalda de hombre y el ceño fruncido.¿Y que pasa si lucho? ¿Que pasa si me río?
¿Si ocupo mi voz? ¿Si desconfío?
Tengo cabeza, propósito, pasión,
no soy una pieza de arte,
ni la que ocupa el colchón
o un trozo de carne.No exijo ser la primera en pasar,
ni que me paguen la cuenta,
no quiero adulaciones o fiestas,
ni que me quiten la edad.Quiero ser yo, por las mías,
por Josefa, por Marta,
por las que mataron siendo negras, niñas, blancas.
Entrego mi voz por las que fueron silenciadas,
y fueron oprimidas,
y fueron violadas,
y son desconocidas.Hola! Quise escribir este poema en relación a lo que está pasando en el mundo con respecto a los derechos de las mujeres y asociado también a la llegada del nuevo presidente de los Estados Unidos.
Hoy 21 de Enero muchas mujeres realizaron marchas en diferentes países, con el objetivo de alzar sus voces y mostrar que valemos, porque primero que todo somos seres humanos.
Creo que es importante que tanto hombres como mujeres entendamos que ningun género es mejor o tiene más poder que el otro, y que podemos convivir pacíficamente si comenzamos a trabajar para dejar prejuicios y estereotipos de lado.
A las mujeres que lean esto les digo que valen muchísimo y que no piensen que no son suficiente, sea cual sea la razón. Cada una de nosotras tiene cosas preciosas que aportar a este mundo y a la sociedad en la que vivimos. Y a los hombres que lean esto, decirles que nadie es mejor que el otro, no hay un sexo débil ni uno fuerte, somos todos humanos y todos merecemos respeto.
Gracias por leer! ❤
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Ella
PoetryLa tierna crudeza de sus labios rotos se mezclaba con los ojos perdidos. Tan humana por la tarde con la piel cansada, y tan santa cuando el sol rozaba sus mejillas. No tenía casa ni carruaje allá en su tierra, o vecinos que pudieran recibirla. S...