17. Sobre nosotros... y uno más

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Después de comer el postre salgo corriendo del restaurante sin siquiera dejar propina.

Mi mente está en otro lado, y todo porque estoy loca y soy paranoica.

¿Embarazada? ¿Em-ba-ra-zo?

No, estoy loca... ¿lo estaré? Pues James y yo mantenemos relaciones sin usar protección.

No me voy a quedar con la duda.

* * *

La casa está vacía como siempre y los únicos que me reciben son Cosmo y Wanda.

—Hola, chicos— acaricio sus cabecitas y juego con ellos unos unos minutos.

Ruedan las 6 de la tarde y me encuentro ansiosa porque llegue James. En el camino decidí que no lo haría sin él presente.

Me acuesto en el sillón que está delante de la tele y suspiro mirando mi plano vientre. Ni siquiera me lo puedo imaginar inflado.

"Un hijo es la mejor bendición" suena en mi cabeza con la voz de mi madre. Vaya bendición que me tocó.

Pero puedo no estar embarazada. Siento que mi bolsa emana una clase de vibración que me recuerda qué hay varias pruebas de embarazo esperando por mí.

Pero no lo haré sin James.

Para empezar, ¿por qué me puse tan loca? ¿Por comer de más? Es decir, ordené un pastel y...

Mierda, nauseas.

👶🏻

—¡Cath, ya llegué!— oigo a James gritar y eso hace que solloce más fuerte— ¿Dónde estás?

Cosmo lame mi mejilla y Wanda sale corriendo para recibir a su dueño. Mi cachorro se apoya en mi regazo haciéndome sentir apoyada.

No quiero tener un bebé ahora. Me gusta como estoy ahora con James, todo se va a arruinar si existe un pequeño ser en nuestras vidas. Nos conocemos, nos queremos, pero ¿es suficiente?
Fue horrible marearme y vomitar, ¿pasaré así los siguientes 9 meses?

—Amor, ¿por qué lloras?

De pronto siento los brazos de mi novio/marido rodearme de cariño, quiero llorar aún más.

—Catherina, estás asustándome.

Y yo también lo estoy. No me gusta sentir que todo a mi alrededor es inseguro.

—James, ¿quieres tener hijos?— pregunto intentando recuperar un poco la compostura.

—¿Qué?— el castaño se separa de mi con inseguridad y me mira fijamente a los ojos— ¿A que viene la pregunta?

No quiero decirle, no quiero que se aleje de mi. ¿Y si solamente son exageraciones mías?

Comienzo a hacer cuentas, tengo dos semanas de retraso. Generalmente soy muy puntual en mi periodo. Todo apunta a que...

—¿Qué dirías si te digo que estoy embarazada?

—Diría que es muy pronto y que quiero que disfrutemos nada más los dos un poco más y que...— James parece carburar la situación— ¿lo estás?

No. Sí. Ni siquiera yo lo sé.

Le cuento a James todo mi día, incluso la parte de Michael, la comida y absolutamente todo. Parece pensar, pensar mucho y profundo.

—Cath, si estás embarazada...

—¿Vas a dejarme?— lo interrumpo sintiendo las lágrimas acumularse en mis ojos— ¿Tu también me vas a abandonar?— escondo mi rostro entre mis manos— Yo no quiero que lo hagas. Por favor. Por favor.

Casada Con Un DesconocidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora