Hace dos semanas que regresé de mi viaje con James. Un mes recorriendo Europa me dejó exhausta. Pero básicamente regresamos porque Denovan Inc. necesita a su presidente.
Durante todo ese tiempo tuve tiempo para conocer al James Denovan que no había visto ni intentado ver. Un hombre dulce, inteligente, detallista y respetuoso se esconde detrás de su máscara de hombre duro. Nos habíamos echo tan buenos amigos que me ayudó a olvidar a Michael. No completamente, claro, pero ahora cuando pensaba en él sólo sentía asco y aberración a ese hombre que me despreció cuando teníamos una clara oportunidad de ser felices.
La parte negativa es que durante todo ese mes nunca me puse a pensar en que haría con mi vida. La universidad ya no era una opción, había perdido un año de mi carrera, tal vez un poco más. Y había visitado a mis padres todos los días. Pero no hablaba con Kendall. No porque no quisiera, pero él se encierra en su habitación a penas llegó y estoy segura que no sale hasta que me voy.
-Dale tiempo, Cath.- susurró mi madre cuando le dije lo que había notado sobre mi hermano- Sigue pensando que todo esto es un error.
A decir verdad, toda mi familia lo pensaba a pesar de que ahora James y yo somos amigos. Ya no lo odian, pero tampoco aman la idea de nuestro matrimonio. Pero me alegró ver que a mi regreso ya estaba la compañía Cardeen en marcha de nuevo. Y papá estaba al frente como un capitán en su barco. Está apenado y odia la idea de usarme como una especie de trueque, pero sus empleados volvieron y parecen más felices que nunca, los inversionistas están interesados en dar su dinero para que avance todo y sé que mi papá está feliz.
Faltan 10 meses y medio. Son tantos, pero no estoy mal con eso. De hecho, James me trata a la perfección. Hablamos con fluidez y me siento cómoda con él. Pero algo crece en mi pecho cuando lo veo y puedo notarlo. Mi sistema cambia cuando está cerca. James me hace bien. Me hace sentir feliz y querida. Porque yo le quiero, y sé que él siente lo mismo por mi, me lo dice siempre que me pongo a pensar en Mike. Pero él desapareció con tanta facilidad de mi vida que no me ha sido muy difícil sacármelo de la mente.
-¿Qué hago?- me digo a mi misma despertada caminando por la casa.
James nos compró una casa. Una casa para nuestro falso matrimonio. Es gigantesca y excesiva para dos personas y unas cuantas de limpieza y servicios. Pero es preciosa y me encanta, incluso más que la casa de mis padres. Cuando llegamos James insistió en que durmiéramos separados, pero una noche donde llovió con tal intensidad que sentí miedo fui a su cuarto y le pedí dormir con él. James no puso peros y me dejó meterme en su cama para rodearme con sus brazos. Desde entonces dormimos juntos.
Pero no nos hemos besado más. Desde que nos besamos en Venecia él levantó un muro entre ambos. Por más esfuerzos que hice para ser la esposa perfecta James se negó a seguirme el juego. Dijo que mientras estemos juntos ser amigos será lo mejor. Pero las criaturas en mi estómago reclaman su cercanía y odian la regla impuesta imaginariamente.
Salgo al jardín donde la piscina se presenta ante mi. Se me ocurre que podría nadar un rato, a pesar del mal tiempo que ha echo últimamente, hoy el sol brilla y el cielo está azul, sin una sola nube.
Me da pereza subir por mi traje de baño. Así que me quitó los shorts, la blusa y me quito las sandalias quedando sólo en ropa interior.
Sin pensarlo dos veces me aviento al agua y siento lo calientita que está. Es perfecta.
Comienzo a nadar y a hacer tonterías dentro, como aguantar la respiración y dar giros.
-¡Cath!- me grita una voz cerca que hace que me estremezca y me pegue vi la orilla de la piscina.
(...)
-¡Mierda, Catherina despierta!- lloriquea la voz tan familia sosteniéndome en sus brazos.
Me quedo con los ojos cerrados escuchando su voz y deleitándome con su olor masculino. Imaginando cada parte de su rostro que he memorizado en este último mes.
-Estoy bien.- murmuro y sé que me ha escuchado porque da un suspiro de alivio y me abraza.
-Me asustaste, amor.
¿Amor? ¡¿Me dijo amor?! Abro los ojos de golpe y lo miro confundida pero emocionada ya que las criaturas de mi estómago han despertado y están haciendo una fiesta más grande cualquiera vista alguna vez.
-Digo, Cath.- corrige al darse cuenta de lo que ha dicho, pero el rubor de sus mejillas lo delata.
"Está sonrojado, y se ve tan lindo."
-Amor me gusta.- hablo en voz baja, siento la garganta irritada y dolida- Dime así.
Él me mira sonriendo y niega divertido.
-Casi mueres por mi culpa.- se reprende a sí mismo- Pensé que... que estabas...- se le quiebra la voz y siento una punzada en el corazón.
-No seas tonto.- lo regaño- Nk fue tu culpa, soy torpe y fue un accidente.
Toco la zona en la que tuve el golpe, duele como la mismísima mierda. Pero de repente mi cerebro reacciona y veo bien a mi marido. Está todo mojado, con el pelo chorreando y la mirada aún preocupada. Mi corazón comienza a latir desbocado y la sangre se me acumula en las mejillas.
"Babea, es lo único que te falta."
Sus labios, esos labios tan deseables que quiero contra los míos desde que los probé por primera vez.
-Eres guapísimo.
Me mira confundido y me muestra una sonrisa confundida.
-Te golpeaste muy fuerte.- se burla.
-No, es que lo eres.
Sin que si quiera pueda evitarlo lo tomo con cuidado de la nuca y acerco mi cara a la suya, al ver que no opone resistencia beso sus labios con dulzura siendo correspondida al instante.
Sé que él también lo deseaba cuando profundiza nuestro beso uniendo nuestra lenguas dejando que se saluden después de un tiempo de extrañarse.
-Cath...- se separa de repente y parece arrepentido- Yo no..
-James, por favor. Sé que tu también me quieres, sé que somos amigos y todo lo que quieras pero necesito esto. Es inexplicable pero...
-Michael...- me interrumpe.
-¿Es eso lo que te preocupa? ¿Michael?- al ver que no responde sé que es eso- ¿No puedes verlo, James? No lo quiero más. Me hizo daño, se largó y no me ha buscado. Tú estas aquí, salvándome ahora y salvando a mi familia. James Denovan, te quiero mucho. Entiéndelo, cabeza dura.
Espero que me suelte y caiga contra en duro suelo de la piscina. Pero no sucede. James me mira con una sonrisa auténtica de felicidad.
-También te quiero.- murmura en mi oído haciéndome sonreír.
Besa mis labios con ternura, dejando de lado el deseo anterior. Pero me gusta. Sentir su suave contacto. Sus labios tan tiernos demostrándome su preocupación por mi bien y por respetar mi duelo con Mike.
Lo quiero. De verdad quiero a James Denovan.
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Casada Con Un Desconocido
RomanceCatherina Cardeen es una chica simpática y fiestera. Es rica y no se tiene que preocupar por el dinero. Hasta que su mamá sufre de cáncer y su mundo se va hacia abajo. La falta de dinero orilla a su padre a buscar tratos buenos para poder dar de com...