Mi mirada está al frente, no puedo mirar a otra parte, si lo hiciera sé que rompería en llanto.
Caminamos de manera lenta al altar, mis jadeos se hacen notorios cuando llegamos frente a él. James Denovan me espera con una sonrisa de suficiencia, parado delante de mi con su inmaculado traje negro que resalta su perfecta forma varonil. Lo odio.
La ceremonia tiene culminación en el momento en el que pude cambiar mi decisión para luego correr a los brazos de Mike... Sin embargo, no lo hice. Con un "si" apenas audible me condené a estar atada a un hombre rico y de poco corazón, pero eso significaba la tranquilidad y recuperación de mis padres.
-Bien, muchacho.- nos dice el padre sonriente - Puedes besar a la novia.
Me doy cuenta que esta teniendo un debate interno entre hacerlo e ignorar la petición. Los presentes que ignora la farsa gritan "beso" de manera su parecen animarnos a hacerlo, pero me produce nausea. Sé que lo hará porque comienza a acercarse. Me debato entre sale una bofetada o seguir su beso. No tengo tiempo de pensarlo cuando sus labios ya están sobre los mios ejerciendo una suave presión, dulce y amarga a la vez. No me molesto e mover los labios, esto para mi es como si aplastaran mi cara contra el vidrio de un coche o algo por el estilo.
Al terminar el beso me volteo a ver a todos los presentes. Aplauden y vitorean como si se tratara de la mejor boda que han presenciado. Ojalá sé dieran cuenta que es la mejor actuación que han visto.
James me toma de la mano y bajamos juntos caminando entre la gente que nos felicita. Una vez afuera me detengo y le suelto la mano, espero a que Fanny salga y la abrazo sollozando. No puedo sostener esto, no frente a tantos farsantes, tanta gente que no conozco y no me conoce. A los pocos segundos llega mamá y me abraza, seguida de Kendall que me arranca de sus brazos y me envuelve en los suyos.
-Voy a terminar con esto justo ahora.- murmura dejando de abrazarme.
Lo jalo de la manga y lo atraigo de nuevo a mis brazos.
-Ya está hecho, Ken.- le digo sorbiendo por la nariz. Él se pone rígido pero no responde.
Me separo de mi hermano al ver a Mike saliendo de la iglesia para irse por detrás. Corro hacia él tan rápido como los tacones y el vestido me lo permiten ignorando los reclamos de Fanny y Kendall.
-MIKE.- grito desesperada- MIKE.
Él se gira a mirarme y me percato de que su rostro está empapado en lágrimas, ¿qué mierda he echo?
-Cath...- dice en voz tan baja que apenas lo oigo.
Al llegar a él lo abrazo y le lleno de besos la cara. Tengo tanto miedo que sólo en sus brazos me siento segura.
-Ya está echo.- murmura en mi oído las palabras que le había dicho antes a Kendall.
-Lo siento tanto.- le digo entre llanto.
Él se separa de mi y me mira a los ojos, los suyos están empañados y llenos de tristeza profunda e infinita.
-Creo que es hora de que me vaya.- mustia limpiándose las lágrimas- Están buscándote.
Volteo y Mike tiene razón, todos me buscan.
-No te vayas.- le suplico en un susurro lastimero.
-Será lo mejor.- me dice y me besa en los labios, dándome la impresión de que será nuestro último beso- Adiós, Cath.
Y se va caminando a paso tranquilo, dejándome congelada y nerviosa.
-Ahí está.- escucho la voz de James- Cath, amor. ¿Porque estas aquí?- viene acompañado de una chica que me sonríe con amabilidad, maldito cerdo de mierda.
-Es que...con la emoción me puse a llorar y arruiné mi maquillaje.- digo con voz ahogada mientras intento secar las lágrimas de mi rostro.
-Oh, cariño. Pero te ves preciosa.- responde dándome un corto beso en los labios. Se está aprovechando.
-Son tan lindos, déjenme timarles una foto.- James asiente con una sonrisa y yo me limito a mirarla- Voy por la cámara, ahora vuelvo.
La chica se aleja y me quedo con James a solas.
-Cerdo imbécil.- susurro.
-¿disculpa?- pregunta haciéndose el ofendido.
-Oh, nada.- respondo con una sonrisa- Sólo usaba calificativos que te queden.
-Calma, mujer.- exige- Te recuerdo que fue también TU decisión.
-Estaba entre la espada y la pared.- espeto molesta- Pensé que eras la salida fácil a toda esa mierda de la deuda.
-Y lo soy, preciosa.- susurra acercándose a mi- Pero ten cuidado, porque mi paciencia tiene límites.
-Deja las amenazas, Denovan.- digo sin sentirme intimidada- Este jueguito tiene dos caras para ambos.
-¿En qué podría ser perjudicado yo?
-¿Quieres saber?
-No lo harías.
-Pruébame.
-La cámara está lista chicos.- dice la chica sonriente terminando con nuestra pequeña pelea.
Esto será más difícil de lo que pensé.
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Casada Con Un Desconocido
RomanceCatherina Cardeen es una chica simpática y fiestera. Es rica y no se tiene que preocupar por el dinero. Hasta que su mamá sufre de cáncer y su mundo se va hacia abajo. La falta de dinero orilla a su padre a buscar tratos buenos para poder dar de com...