Capítulo 4: "Disfrutando la vida"

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Una bella pelinegra se miraba frente a un gigantesco espejo, ella llevaba el cabello recogido en una coleta alta, largos aretes estilizaban su rostro y cuello, ella estaba vestida con ropa de marca que consistía en un polo color blanco con un estampado muy moderno, casaca roja y pantalón jeans color claro, zapatillas de plataforma de marca que hacían juego con su vestuario y hacían resaltar la bella figura de la jovencita, mientras pensaba: "Este es un lindo sueño del cuál no quiero nunca despertar, nunca imagine, pode usar ropa tan fina. Nunca tendré como pagarte todo lo que haces por mi Gokú Son, mi ángel de la guarda". Sus pensamientos se vieron interrumpidos por el sonido del timbre que anunciaba la llegada de su ángel, la jovencita tomo un bolso del mismo color de la casaca que llevaba puesta y se dirigió a abrir la puerta.

Un joven de cabello alborotado se encontraba tras la puerta, el estaba vestido de manera sport, polo blanco, casaca color marrón pardo, pantalón jeans color negro y zapatillas que hacían juego con su vestuario y lo hacían lucir mucho más atractivo de lo que era.

La pelinegra al abrir la puerta se encontró con el atractivo jovencito que al igual que ella quedo mirándola embelesado.

Luego de algunos minutos, ambos salieron de su ensueño y la pelinegra dijo: Abre elegido bien mi vestuario para hoy.

Sí, estas perfecta, dijo Gokú haciendo sonrojar a la jovencita.

¿Ya desayunaste?, si gustas yo prepare algo, dijo Milk.

Sí ya lo hice, pero acepto tu invitación, dijo Gokú pasando junto a la jovencita, quien le sirvió un vaso de jugo y un sándwich que había preparado.

Está delicioso, dijo Gokú.

¿A dónde iremos?, dijo con curiosidad la pelinegra.

A muchos lugares, ya verás nos divertiremos, dijo Gokú sonriendo.

Minutos después:

Gokú y Milk partían en el auto del joven de cabello alborotado hacia el lugar donde iniciarían la aventura de ese día.

El joven de cabello alborotado llevo a la pelinegra hasta un sitio descampado donde había solo globos aerostáticos por todos lados.

Siempre quise ver la ciudad desde uno de ellos, dijo Gokú mientras la pelinegra miraba el lugar asombrada.

Son tan grandes, dijo la pelinegra.

¿Tienes miedo subir?, dijo Gokú.

No, si estamos juntos no tendré miedo, dijo Milk sonriendo.

Estamos y estaremos juntos, dijo Gokú tomando la mano de la pelinegra para llevarla hacia uno de los globos.

Ambos jóvenes subieron al mismo tomados de la mano, el globo era conducido por una persona experta.

El globo empezó a elevarse hacia los cielos, el joven al ver el temor de la pelinegra se acerco a ella por la espalda y la rodeo con sus brazos de su delgada cintura a su pecho, colocando su rostro en su hombro mientras el aire les daba al rostro haciendo que sus cabellos se eleven con el viento, mientras le platicaba acerca del resto de actividades que tenía planeado para el día mientras miraban desde lo alto la vista panorámica de la ciudad.

La pelinegra se sentía protegida entre los brazos del joven de cabello alborotado, mientras escuchaba la manera dulce como le hablaba su corazón latía con mayor velocidad, mientras pensaba: Estoy enamorada de mi ángel, estoy enamorada de él.

Luego de algunos minutos el globo descendió nuevamente al suelo, el joven de cabello alborotado la tomo de la mano para ayudarla a bajar mientras decía: ¿Ahora cual de las actividades que te dije quieres hacer?.

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