Capítulo 8: "Déjame estar a tu lado"

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Gokú y Milk se besaban con inmensa dulzura a pesar de su inexperiencia. La pelinegra empezó a sentir su rostro humedecido por las lágrimas que derramaba el joven de cabello alborotado, entonces separo su rostro lentamente del joven de cabello alborotado y dijo: ¡perdóname¡ ahora si tendrás un motivo para odiarme, te prometo que no volverá a pasar aunque es el mejor regalo que he recibido en mi cumpleaños, dijo Milk sollozando.

Milk, yo también ¡te amo¡ pero lo nuestro no puede ser, dijo Gokú con tristeza confundiendo con su confesión a la pelinegra.

Lo entiendo tienes vergüenza de sentir algo así por mí, pero como te dije yo no quiero darte problemas solo quiero estar junto a ti, no te causare problemas lo prometo, decía Milk sorprendiendo a Gokú por su actitud.

Milk, tú vales mucho, como para suplicar por cariño y yo no me avergüenzo de ti ¡te amo¡ pero lamentablemente has llegado en un momento de mi vida en el cuál si acepto tu amor solo te traeré sufrimiento, dijo Gokú aguantando las ganas de llorar.

¿Por qué?, ¿sucede algo?, dijo Milk preocupada.

Estoy enfermo Milk, dijo Gokú.

¿Qué tienes?, sea lo que sea si me aceptas lo superaremos juntos dijo Milk sollozando.

Estoy condenado a muerte, dijo Gokú ya no pudiendo callar más su dolor.

La pelinegra sintió su corazón quebrarse ante tal confesión, pero se resistía a creerlo, viniéndoles miles pensamientos en la cabeza por los cuales su ángel le inventaba algo así.

Ya no mientas, entiendo que no somos iguales y para ti debe ser terrible haberte enamorado de alguien como yo pero no por ello vas a inventar algo tan cruel para alejarme de ti, decía sollozando la pelinegra.

No es invento es verdad, no sabes cómo he sufrido desde que me di cuenta de mis sentimientos por ti, no habido día en que no dejaba de atormentarme pensando en porque no te conocí antes, porque tengo esta enfermedad, dijo Gokú quebrándose.

Milk al verlo arrodillarse en piso sollozando se arrodillo junto a él y lo abrazo, comprendiendo con el dolor de su corazón que todo era cierto.

¿Cuánto tiempo te queda?, dijo Milk sollozando mientras lo abrazaba.

Menos de dos meses dijo Gokú mirándola con profunda tristeza.

No me alejes de ti, déjame estar a tu lado, déjame apoyarte como tú lo has hecho conmigo, dijo Milk colocando sus delicados brazos sobre el cuello del joven y besándolo por segunda vez con inmensa dulzura.

Gokú se dejaba llevar por ese segundo beso con la misma dulzura que la joven coloco sus brazos alrededor de la delgada cintura de la pelinegra y profundizo el beso.

Minutos después:

Ya un poco más calmados Gokú y Milk se encontraban sentados abrazados mientras platicaban.

¿Desde cuándo lo sabes?, dijo Milk con tristeza.

Lo supe el día que te conocí, dijo Gokú con nostalgia.

Pero debe haber algún tratamiento, dijo Milk aguantando las ganas de llorar.

No lo hay preciosa, dentro de algún tiempo ya no podre caminar e iré perdiendo uno a uno mis sentidos, dijo Gokú con tristeza.

Pues no me importa yo quiero estar junto a ti siempre, dijo Milk dándole un beso en la mejilla.

No sería justo preciosa, por eso no quería que supieras lo que siento por ti, dijo Gokú.

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