Capítulo 4

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Recuerdos

Se despertó sobresaltada por el despertador.
Que horrible pesadilla. Ver un monstruo ubicado en el medio de su casa.
Apagó la alarma del reloj que daba las 7:30 am y se incorporó.
Vio el reflejo del espejo que estaba frente a su cama, por encima de su pequeño armario.
Tenía todo el maquillaje negro corrido, estaba muy pálida, su cabello rubio hecho un desastre.
Metió los dedos entre las raíces de su pelo apretando su cabeza.
Y ahí pudo ver los enormes cortes de la noche anterior.

Qué extraña imagen para una chica tan fina.

Se levantó preparando todo para darse una ducha fría.
Nuevamente encendió el televisor, esperando escuchar alguna noticia relacionada al asesino.
Pero nada. Esta vez no había hecho ninguna aparición.
Se sintió invadida por una extraña sensación de incertidumbre. Tomó sus cosas y salió a la universidad, esperando no volverse a encontrar nunca más con Jack.

Pasó una semana sin habérselo cruzado ni una sola vez.
Un día, sus amigos de la universidad decidieron hacer una salida ya que se acercaba el final de la carrera.
Salieron a una discoteca ubicada en el centro de Gotham.

-Harleen, estas como ida...- le dijo uno de sus amigos, Barry Dean, mirándola preocupado.
Barry era alto, de cabello corto, muy oscuro, tenía los ojos de un verde intenso, y la piel muy blanca, llevaba puesta una camisa blanca, un pantalón de vestir y una corbata oscura.
También estaba terminando la especialidad.
-Si yo...lo siento, estaba...estoy un tanto preocupada por las materias que quedan.- le contestó Harleen con la mirada en cualquier lado.
-Ya sabes que lo que necesites puedes hablarlo conmigo.- le dijo sonriéndole.

En el medio de la noche, luego de que todos habían bebido bastante alcohol, Harleen comenzó a experimentar sucesos extraños con las luces.

Volvieron a aparecer.
Esos espectros oscuros que la invadían y atormentaban, que le hablaban, le pegaban, le gritaban, la arañaban, le tiraban del pelo...
Esos espectros oscuros por los cuales su padre casi la hecha de su casa.

"-¡Estoy harto de tu estúpido comportamiento niña!- le gritó su padre luego de darle una bofetada que la dejó en el piso. Tenía 6 años, y había comenzado a experimentar alucinaciones.-Como sigas hablando con cosas que no existan, te hecho de la casa, ¡¿Lo has oído?!."
Harleen no contestó, sollozaba en el piso de la inmensa sala de estar de su lujosa casa.
-¡Contesta cuando te hablo!- le gritó el padre agarrándola del pelo.
-Si señor.- le dijo ella temblando y llorando.

La última vez que la había encontrado hablando con gente y cosas que él no veía, fue en el jardín de su casa.

Ella tenía catorce, y estaba echada en el pasto, al lado de una gran fuente con esculturas de delfines.
Su madre la había estado observando, y no tuvo mejor idea que ir a contárselo a su padre.
El vino con un paso rápido y firme, con un odio muy profundo en sus ojos.

-Creí que ya habías entendido con la última vez; eres una vergüenza para esta familia.-le dijo acercándose rápidamente y tomando fuertemente su cabellera rubia.
La arrodilló contra la fuente y le metió la cabeza en el agua.
Ella pataleaba y gritaba por debajo del agua.
Se ahogaba.
La levantó haciendo que chorree agua.
-¡No papá, por favor!- gritaba desconsoladamente.
Su padre volvió a hacer lo mismo unas cuatro veces más, cada vez era mayor el tiempo de inmersión.
La última vez la soltó tirándola hacia atrás en el pasto.
-Cariño, esto es una forma que utilizamos los psiquiatras para que la gente que no está bien, comprenda eso.- le dijo con una dulzura que ni él se creía.
-Lo siento tanto papá.- le dijo ella llorando y con la sangre que caía de su nariz, manchó toda la camisa de su padre al abrazarlo.

Volvió a su realidad. Volvió a ver todos esos monstruos colgados del techo, esas arañas e insectos gigantes que se le abalanzaban.
Comenzó a disfrutar, a sentir placer de ver todas esas cosas asquerosas que la rodeaban.
Su vista se le nublaba, su pulso se aceleraba, y su conciencia ya no era de ella.
Comenzó a reír estruendosamente, carcajada tras carcajada, recordando la risa de Jack. Y riendo cada vez más fuerte.
Alguien la tironeó del brazo y la arrastró hacia un pasillo completamente oscuro debajo de unas escaleras de metal.

-No creo que sea bueno que muestres este lado frente a tus amiguitos.-le dijo Jack acorralándola contra la pared.

Estaba completamente distinto, casi podía pasar como el típico esposo que su padre querría para ella. Era como ver el estilo de Barry en Jack.
"¿Cómo demonios había logrado ese cambio?", se preguntaba Harleen.
Tenía el cabello corto, y barba apenas crecida, usaba un traje, realmente estaba irreconocible, perfectamente adaptado al lugar en donde Harleen estaba en ese momento. Perfectamente adaptado a esa clase social.

-¿Y a ti que te importa lo que haga con mi vida?- le contesto apenas con fuerza para empujarlo, el alcohol la dominaba.
-No me importas, ni un poco, pero quiero que prosperes, y te adentres a ese mundo, para conocer de lo que siempre te hablo.- le dijo mirando a otro lado.- ahora bien, te llevo a casa.
-Tu no vas a ponerme ni un dedo encima, ¿has entendido?- se le trababan las palabras y apenas podía hablar.
-Tu no vas a contradecirme NUNCA, ¿has entendido?- le contestó mirándola, fijamente, penetrando su mirada como el filo de una navaja.

Jack la tomó del brazo y la sacó fuera del club nocturno. Harleen tambaleándose se apoyó contra la pared de la salida, acomodándose el zapato izquierdo.

-¡Jah!, ahora vamos a irnos en autobús ¿no es así?-rió ella.

Él la miraba como esperando a que se decida a moverse. Movía en sus manos las llaves de un auto y las agitaba en el aire, atrapándolas cuando éstas caían.

-Súbete al auto Harleen...-le dijo hartándose inclinando su cabeza hacia el Mustang negro que estaba estacionado tras el.

-Te dije que no me voy a ir a ningún lado-se enojó ella.
-Y yo te dije que NUNCA me contradigas, ¿en qué idioma tengo que hablarte?-Jack, con su ceño fruncido y su mirada helada se acercó a Harleen.

Se despertó en su cama, tenía un terrible dolor en la nuca. Como si alguien le hubiese golpeado fuertemente.
Eran las 4 de la mañana, del sábado.
¿Cómo había llegado ahí?
Comenzó a sonar su celular.
"Llamada entrante. Barry Dean."
No contestó.
Se quedó sentada en su cama pensando en todo lo que había pasado esa noche.
Pensaba en los recuerdos de su infancia, en las alucinaciones, en Jack...
Jack...¿realmente había estado ahí?, ¿o también había sido producto de su imaginación?.
Jack... ¿la había llevado hasta su ca...?

Sonó la puerta.
Harleen se petrificó.
Los golpes eran cada vez más fuertes, cada vez más violentos. Por poco la puerta no se venía abajo.
Se estremeció cerrando fuertemente sus ojos y tapándose sus oídos, como hacía cuando era niña.
De repente, la cerradura estaba rota. La puerta abierta, y alguien había entrado.

"Drag Me To Madness" (Joker y Harley)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora