Capítulo 2

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Dudas

Se despertó con un fuerte dolor de cabeza, en el suelo.
Se había desmayado.
Estaba amaneciendo y ya se acercaba la hora de ir a la universidad.
Se despabiló sin entender qué había pasado el día anterior.
Tal vez simplemente todo había sido un sueño.
Tomó unas toallas y se fue por el angosto pasillo al cuarto de baño. Dejó las toallas sobre el lavabo y corrió el vidrio de la ducha, abriendo el agua, y dejando caer la lluvia.
Mientras se bañaba pensaba en todo lo que le había dicho ese chico.
¡NO!, no podía permitirse esos deslices. Ella era Harleen Quinzel. Casi una psiquiatra de excelencia con las mejores notas. Hija del Dr. Quinzel, uno de los mejores en Gotham.
Comenzó a pensar en los exámenes que se le venían encima, así que se apuró en salir de la ducha.
Se cubrió el cuerpo con una toalla suave color rojo. Y en su cabeza recogiendo toda su cabellera rubia una toalla gris.

Se miró al espejo.

Tenía un aspecto terrible.
Tal vez, por primera vez debería usar un poco de maquillaje para cubrir las ojeras.
¿Y por qué no tal vez,probar algo de sombra en los ojos...?.

Al finalizar comenzó a reír. Le causaba gracia ver su reflejo maquillado. Ella consideraba que el maquillaje arruinaba la piel.

Se había puesto sombra negra en los parpados, y se había delineado también de negro los ojos.
Sus labios rojos, oscuros.
Salió del baño tomando el control remoto de la encimera y prendió sin mirar el televisor.
Fue a su habitación por un jean negro, y encima una camisa roja. Eran sus colores preferidos.
En los pies unas chatitas negras.

"-¡Reiteramos!, el misterioso asesino fue captado en una cámara de vigilancia. Desafortunadamente no hay rastros de quién podría ser, ya que llevaba su cara tapada y el resto del cuerpo cubierto.
Nuevamente asesinato de un importante político en la fiscalía N°4 de Gotham.
Continuaremos transmitiendo las impactantes imágenes.-"

Apenas con el sujetador puesto, Harleen corrió a escuchar la noticia.
Quedó petrificada ante el televisor. Recordó todas las cosas que le había dicho el chico de la noche anterior.
"-...y los políticos corruptos, y las fiscalías compren con su inmundo dinero todo lo que quieran y les haga extasiarse de placer...."
Se estremeció cayendo al suelo.
NO... no... tal vez era sólo una coincidencia. No tenía por qué ser...
Si fuese el asesino no habría sido tan tonto de darse a conocer tan fácilmente.
No con ella...
¿Y si lo fuera?...
Precisamente...¿por qué le contaría esas cosas a ella?, ¿Con qué propósito?...
Después de todo ella solo era...Harleen Quinzel...
Harleen Quinzel...la hija de James Quinzel... importante psiquiatra de Gotham, amigo de importantes profesionales y empresarios... dueño de centenares de propiedades.
Amigo de importantes políticos...
Después de todo, su familia era una de las familias más importantes de Gotham...
Por eso mismo se lo contaría a ella...
Porque su familia estaba en peligro.

No... no, no podía ser...eran solo divagues de su mente.
Terminó de vestirse apresuradamente y se dirigió en su lujoso coche a la universidad.
Cuando faltaban unas cuadras...embotellamiento.
Maldijo en sus adentros y golpeó el volante.
Encendió la radio y justo encontró una de sus canciones preferidas... mientras cantaba contenta su canción, le pareció ver a alguien en el espejo retrovisor, dentro de su auto.
Se estremeció mirando para atrás, cuando la canción fue interrumpida.

"-Informamos, otro violento ataque, esta vez a la fiscalía N° 3 de Gotham. Al parecer según nuestros informes es el mismo individuo quien atenta contra nuestra seguridad.-"

Harleen negó con la cabeza y aceleró.

El día había sido largo...pero ya estaba finalizando.
Había pasado todos sus exámenes, y ya casi finalizaba el año. Ya estaba anocheciendo, y se dirigía al coche a paso apresurado.
Decidió tomar otro camino.
Agarró la calle más próxima a las afueras de Gotham...algo le mataba en su curiosidad.
Aminoró la marcha en la misma cuadra que había estado la noche anterior.
Oscuridad...sólo eso. La inquietaba tanto...
Tal vez, la oscuridad era su peor enemiga...
De pequeña, en su habitación solía charlar con sus amigos imaginarios, pero ellos le pedían que apague la luz...
Una vez, su padre la encontró en plena oscuridad hablando sola, y le pegó una gran bofetada, gritándole que eso estaba mal, que eso sólo lo hacían los locos, y que nunca permitiría que su hija fuese una loca.
Salió de sus pensamientos, sin darse cuenta de que había estacionado.
Bajó del auto; la noche llevaba con sigo una brisa fría y delicada.
Respiró hondo cerrando los ojos...
Una voz vino a su mente:
"-...Soy el Comodín de tus cartas mal jugadas..."
De pronto, la despertó de sus pensamientos una potente luz que venía a toda velocidad para llevarla por delante.


"Drag Me To Madness" (Joker y Harley)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora