Diez pasos para enamorar a Ashton Irwin [1era. Temporada]

Capítulo 24

Las campanas de la iglesia se hacían presentes, los rayos del sol iluminaban el cuarto, el canto de los pájaros inundaba la habitación. Hoy era el día de mi amiga y nadie lo echaría a perder, ni siquiera yo, que me encontraba en la ducha, dejando que el agua cayera sobre mi cuerpo y mis ojos descansarán. Moría del sueño y quién no lo haría, si el sol aún no salía y yo ya me encontraba despierta. Hace semanas que esperábamos la boda, pues tuvo que retrasarse y con ese motivo, algunos problemas surgieron. 

Ahora Beatrice que tenía 17 años, sí, ya no era tan niña, pues había cumplido años hace apenas tres días, Beatrice se había estado sintiendo mal, lo que ocasiono que Luke quisiera suspender la boda, pero no lo dejamos y pospusimos el día, resulta ser que el travieso bebé había estado moviéndose demasiado dentro de la panza de ella. Ahora tenía 6 meses de embarazo, y su panza iba creciendo, me encargaba de llevar la cuenta porque creía que sería un gran detalle hacer un álbum y algún día mostrárselo al pequeño. Sí, sería un hermoso varón. 

Pero eso no importaba ahora, porque lo único que importaba era la chica que se encontraba frente al espejo. Me acerqué a ella ya arreglada con ropa decente. 

-¿Nerviosa? – pregunté, ella asintió. –Todo saldrá bien, te lo aseguró – susurré en su oído y besé su mejilla. Caminé hasta la cocina y tomé un poco de café. Mi casa había sido ofrecida para ser el salón de belleza, o como decía Karla. Las chicas habían dormido aquí y solo esperábamos que sonara el timbre para empezar con el martirio, quiero decir, con la hora de arreglarse. 

Realmente creía innecesario esto pero recordé como la tía Amelia decía que era importante que Beatrice deslumbrara. El timbre sonó. 
Papá abrió la puerta y caminé hacia el vestíbulo. Si no me equivocaba había más de diez estilistas para arreglarnos a cuatro chicas. Es una exageración, pensé. 
Las chicas bajaron corriendo con la energía de diez elefantes mientras que a paso lento me acerqué hasta donde se encontraba Marco, mi estilista favorito.

-Vaya linda, que hermosa te has puesto – susurró y me tomó en sus brazos, mis mejillas tomaron un color rojo. 

-Hola Marco, ella es Beatrice, la novia – dije, y acerqué a Beatrice, él tomó su mano y la beso. 

-Gracias por hacer esto – dijo Beatrice, Marco negó con la cabeza y comenzó a girar alrededor de ella. La estaba visualizando, los estilistas tomaron a cada una de las chicas y así fue comenzó, el gran día.

Me miró al espejo una vez más, comprobando que lucía bien. El vestido parecía ajustarse perfectamente a mi cuerpo. Retoqué mis labios y bajé las escaleras. Estaba algo nerviosa, aunque realmente era tonto estarlo. Caminé con rapidez a la entrada donde mi padre y las chicas esperaban por la novia. 

-Te ves hermosa hija – dijo mi padre mientras se acercaba a mí y me daba una vuelta.

-Hermosa la novia papá – susurré. Pisadas anunciaban que alguien se acercaba hacia la entrada, y cuando menos nos dimos cuenta una hermosa chica cruzaba la puerta para dejar ver a una muy sonriente novia. Sonreí al ver a Beatrice, realmente lucía fantástica, tenía seis meses de embarazo pero en ese vestido no se reflejaba nada. Simplemente, mi mejor amiga, era la mujer más hermosa que había. Nos acercamos a ella y la abrazamos. Fui la última en hacerlo. 

-Eres la novia más hermosa que haya visto – susurré en su oído y soltó una pequeña lágrima que limpié antes de que manchará su cara con maquillaje. Salimos de la casa donde fuera nos esperaba una camioneta. El camino era serio, nadie quería decir algo que estropeará el maquillaje de la novia. Me dedique a observar por la ventanilla pero giré mi rostro para enfocarme en un rostro. Era castaña, las ondulaciones en su larga cabellera eran perfectas, su tez era un poco morena y tenía unos hermosos ojos, sin duda mi amiga era una chica hermosa, ella notó mi mirada y me sonrió, “Estas lista” aseguré en un susurro y ella asintió. La camioneta estacionó frente a la Iglesia y las campanas hacían aviso de la llegada.