Capítulo 27

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La boda había sido un éxito, al final de la noche quedaba algo claro, había recuperado al chico que la hacía comportarse como la adolescente que aún era. Ashton se había ofrecido a llevarla a casa pero su padre se lo negó y aceptó que durmiera en casa de él, no era raro, ya había dormido en su casa. Annel miraba el camino a casa y unas pequeñas gotas de lluvia caían en la ventanilla del auto. Giró su rostro y miró a su perfecto novio, lo amaba y se sentía perfecta al estar a su lado. Acercó su mano a la de él mano, él la miró y la besó con delicadeza. Suspiró y volvió a mirar la lluvia. 

 (…) 

Ashton se encontraba preparando la habitación, pero hoy solo tenía un propósito. Ser amada por él. 

Mis mejillas se sonrojaron, mis manos temblaron y mis nervios aceleraban el pulso de mi corazón. Ashton volvió a mí y tomó de mi mano para dirigirme al cuarto. La puerta se abrió y dejo ver una habitación muy cómoda. Me besó y susurro “Buenas noches”. Detuve su salida y me acerqué de nuevo a él. 

-Ashton, bésame susurré sobre sus labios y me besó. 

Mi cuerpo empezó a sentir un escalofrío, no de miedo ni de nervios, esta vez era por la cercanía de nuestros cuerpos. Deslizo el tirante de mi vestido debajo del hombro y lo besó, hizo lo mismo con mi otro hombro. Besaba cada parte de mi cuello hasta que llego a la parte de mi pecho, Ashton elevó su mirada para conectarse con la mía. Sonreí, y baje el cierre de aquella prenda que estorbaba a mi novio. El vestido cayó y él me miró. Sus manos sujetaban mi silueta y la acariciaba con delicadeza. Me acerqué a él y deslice aquellos pantalones, me deshice de la camisa de mi novio y besé su pecho, su cuello… sus labios, lo tomé de la corbata para llevar nuestros cuerpos a la cama. Las manos de Ashton tocaban todo mi cuerpo, acariciaban mi abdomen, me hacía sentir segura, querida. Mis manos acariciaban su espalda, sabía una cosa, Ashton era mío y no lo dejaría ir de nuevo. Sus labios en mi cuerpo provocaban un calor en mi interior. Mi pecho pegado al suyo era una sensación que jamás había sentido y mi corazón acelerado estaba desesperado por ser amada por este chico.

Ashton deslizo sus manos hasta mi espalda y desabrocho el sujetador negro que había decidido llevar, en una milésima de segundo las únicas prendas que nos separaban eran dos. Ashton se alejó de mí y me miró con esos ojos que yo tanto amaba, elevó su rostro hasta el mío y susurró “eres hermosa” mis mejillas se encendieron y provocaron algo más en mí. Acerqué mis manos hasta el bóxer de él y los deslicé. Besó mis labios con tanta pasión, con lentitud, con amor… con ternura. La cercanía de su cuerpo con la mía me hacía estremecer, me hacía experimentar emociones que jamás había vivido. Empezó a besarme de nuevo, haciéndome suspirar con cada simple movimiento. En ese momento podía ser consiente de todo.

Del golpeteo de nuestros corazones al mismo tiempo, justo en el mismo lugar, del leve temblor en las manos de Ashton, de la necesidad y ternura con la que me estaba besando, de la caricia que las pestañas de él hacían en mis parpados, de mi cuerpo que estaba dispuesto a lo que fuera. De que ahora lo único que me importaba era ser amada por él, con delicadeza Ashton deslizo por mis piernas la última prenda que nos impedía ser uno, me miró como si no estuviera segura de esto. Le sonreí y lo besé, Ashton aprovecho de ese momento y se fundió en mi cuerpo. El dolor era inminente, era como si me mataran, una lágrima cayó de mis ojos y rápidamente Ashton la besó. Aquel dolor que había sentido, había sido reemplazado por el placer de tenerlo conmigo, de ser su mujer, de ser suya. 

Sí de algo estaba segura, era de que el hacer el amor con Ashton era lo único que quería hacer por el resto de mi vida, lo quería a él en mi vida, lo quería a él, quería nuestra final feliz. 

(…) 

Aquella joven pareja habían expresado su amor de la mejor manera que se conoce, uniendo sus cuerpos, provocando la acción del amor. Pues ellos ahora eran conscientes que no habría mañana si no estaban juntos. Pues para ella, Ashton era el único y el príncipe que siempre espero, mientras que para él, Annel era la última mujer que quería besar cada mañana y hacerla entender que era la única en su vida.


Diez pasos para enamorar a Ashton Irwin [1era. Temporada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora